EN LA EDAD DEL TIEMPO
Habitamos en la profundidad de un tiempo
y transcurrimos en su milagro,
del instante que ilumina.
Latimos
en la fugacidad
de su esencia
y naufragamos en la breña
de una existencia
que nos besa,
alojados en la frontera
de la Nada, umbral del misterio.
Somos parto y despedidas,
ardores y cosecha,
músculo de vida
y huella en la memoria,
que se esfuerza
perpetua
en su crepúsculo.
Nos queda
el dulce rastro de una ausencia,
pretéritas presencias
que templan el ánima
durante el inhollado espacio
de los días que llegan
cómo sempiterno oleaje
en la arena
de celestial esfera.
Y nos alumbra
con la albura del infinito pulso
que siempre arriba, nos habita,
se aleja y tendidos deja
a la orilla de una oquedad doliente,
que acecha...
Y nos siembra.
Matías Bonora.
Mil gracias Matías por su colaboración. Dios lo bendiga. Elsa Lorences
Hermoso y profundo...
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