100 Años del Centro Asturiano de Buenos Aires:
Para mi persona se hace muy difícil hablar del Centro Asturiano, tanto del de Solís como también del de Vicente. López. Me trae muchísimos recuerdos muy buenos, como también muy tristes porque hay muchas personas que ya no están.
Los años que fuimos socios, están escondidos como preciosos recuerdos en un rincón privilegiado de mi corazón, porque desde el año 1956 hasta 1969, desarrollé allí mi vocación artística y en Vicente López conocí al que iba a ser mi esposo: Manuel Llaneza, hasta la fecha desde hace 44 años. Mi padre, Avelino Lorences, pudo darse el gusto de ver representadas tres obras de su autoría: “Sucedió en mi Aldea”, “Cosas del Amor”, “Intrigas Pueblerinas”, cediendo sus derechos de autor al Centro Asturiano.
En aquella época en Solís había tres escuelas: una de canto ( un coro), otra de Baile y una de Teatro dirigida por el Sr. Manuel Ochoa. Yo participaba de la de Baile y de la de teatro, a la cual se agregó Manuel apenas llegado de Asturias.
En aquella época el teatro trabajaba a full. Todas las fiestas patrias se representaba una obra. La parte cultural estaba muy activa y como yo cantaba y recitaba también mi trabajo era continuo como figura en los comprobantes adjuntos. Eso se debía a que el Secretario del Centro y de la parte cultura, el Sr. Luis Merino, le dio muchísimo impulso y el mismo trabajaba en las obras de teatro con el seudónimo de Luciano Medina.
Me permito recordar aquí el nombre de mis compañeros de teatro: María Llaneza de Suárez, Carlos García, Julio López, Cosme Salinas, Ramón Millar, Macario Ugalde, Luisa Virosta de Rodríguez, Miguel Reguero, Ricardo Álvarez, Ana María Arfelli, Ricardo Maio, Enrique Veiga, José Lesta, Antonio López, Francisco Larrosa, Rodolfo Caraballo, Luis Valiente, Blanca Gómez, Ana María Gargiulo, María Elia García, Raquel Miyar, Felipe Rodríguez, Luis Merino, Manuel Llaneza, yo Elsa Lorences y recuerdo el nombre de su Director Manuel Ochoa. Un saludo emocionado para todos ellos donde quieran que estén. Cuando terminaba el espectáculo salíamos al Hall a esperar que se nivelara el piso para poder bailar con las orquestas contratadas: Populares y de Tango mientras las madres, sentadas alrededor de la pista, esperaban que las nenas bailaran o “plancharan” según el léxico de aquella época. Las mujeres nos poníamos frente a los varones y estos nos sacaban a cabezazos. A veces el cabezazo no estaba bien dado y dos chicas amagaban salir con el mismo muchacho. Cuando se daban cuenta, volvían a su lugar y este muchacho ya no podía sacar a nadie. Jamás se bailaba chica con chica. A las dos de la madrugada el baile se terminaba y cada uno a su casa, las chicas con sus madres y los muchachos…. ¡Quién sabía donde!.
Al Centro de Vicente López íbamos todos los domingos a almorzar, con los familiares y los paisanos. Había que ir temprano porque sino las mesas se terminaban. Si no llovía se
armaban en el parque y sino en la pista de abajo, todos amontonaditos pero felices de compartir recuerdos la gente mayor y los jóvenes fijándonos a cual íbamos a tratar de pescar para bailar a la tarde. Siempre con orquestas de renombre en la pista de abajo se bailaba popular y en la del primer piso tango. Abajo del hórreo bailes populares asturianos con gaita y tambor. Si el día estaba muy bueno, nos descalzábamos y bajábamos a la playa y caminábamos hasta el agua, pero no nos bañábamos pues el agua no era de lo mejor.
Tendría muchísimo más para compartir, pero el reglamento es el reglamento y ya casi llego a lo permitido, por lo que voy a terminar rindiéndole un homenaje a mis padres que me enseñaron a amar a Asturias. A mi esposo que me eligió y nunca se separó de mí y a todos los asturianos que conocí en aquella época, los cuales dejaban su tierruca y su familia con la esperanza de volver. ¡Cuántos quedaron en el camino y no pudieron regresar!
Quiero también felicitar a los asturianos que se quedaron en el Centro e hicieron una obra maravillosa en Vicente López y siguieron luchando para que el Centro llegara a los 100 años. Lamento enormemente no haber tenido la fortaleza de seguir luchando como ellos. Qué Dios los bendiga y ¡A POR OTROS 100 AÑOS MÁS!
Elsa Lorences de Llaneza
elsalorences@yahoo.com.ar
Publicado en el Libro
"Centro Asturiano de Buenos Aires"
"CIEN AÑOS"
donde se recuerda la trayectoria del mismo en el Año 2014, bajo la presidencia del Señor Juan Manuel Posada.
Para mi persona se hace muy difícil hablar del Centro Asturiano, tanto del de Solís como también del de Vicente. López. Me trae muchísimos recuerdos muy buenos, como también muy tristes porque hay muchas personas que ya no están.
Los años que fuimos socios, están escondidos como preciosos recuerdos en un rincón privilegiado de mi corazón, porque desde el año 1956 hasta 1969, desarrollé allí mi vocación artística y en Vicente López conocí al que iba a ser mi esposo: Manuel Llaneza, hasta la fecha desde hace 44 años. Mi padre, Avelino Lorences, pudo darse el gusto de ver representadas tres obras de su autoría: “Sucedió en mi Aldea”, “Cosas del Amor”, “Intrigas Pueblerinas”, cediendo sus derechos de autor al Centro Asturiano.
En aquella época en Solís había tres escuelas: una de canto ( un coro), otra de Baile y una de Teatro dirigida por el Sr. Manuel Ochoa. Yo participaba de la de Baile y de la de teatro, a la cual se agregó Manuel apenas llegado de Asturias.
En aquella época el teatro trabajaba a full. Todas las fiestas patrias se representaba una obra. La parte cultural estaba muy activa y como yo cantaba y recitaba también mi trabajo era continuo como figura en los comprobantes adjuntos. Eso se debía a que el Secretario del Centro y de la parte cultura, el Sr. Luis Merino, le dio muchísimo impulso y el mismo trabajaba en las obras de teatro con el seudónimo de Luciano Medina.
Me permito recordar aquí el nombre de mis compañeros de teatro: María Llaneza de Suárez, Carlos García, Julio López, Cosme Salinas, Ramón Millar, Macario Ugalde, Luisa Virosta de Rodríguez, Miguel Reguero, Ricardo Álvarez, Ana María Arfelli, Ricardo Maio, Enrique Veiga, José Lesta, Antonio López, Francisco Larrosa, Rodolfo Caraballo, Luis Valiente, Blanca Gómez, Ana María Gargiulo, María Elia García, Raquel Miyar, Felipe Rodríguez, Luis Merino, Manuel Llaneza, yo Elsa Lorences y recuerdo el nombre de su Director Manuel Ochoa. Un saludo emocionado para todos ellos donde quieran que estén. Cuando terminaba el espectáculo salíamos al Hall a esperar que se nivelara el piso para poder bailar con las orquestas contratadas: Populares y de Tango mientras las madres, sentadas alrededor de la pista, esperaban que las nenas bailaran o “plancharan” según el léxico de aquella época. Las mujeres nos poníamos frente a los varones y estos nos sacaban a cabezazos. A veces el cabezazo no estaba bien dado y dos chicas amagaban salir con el mismo muchacho. Cuando se daban cuenta, volvían a su lugar y este muchacho ya no podía sacar a nadie. Jamás se bailaba chica con chica. A las dos de la madrugada el baile se terminaba y cada uno a su casa, las chicas con sus madres y los muchachos…. ¡Quién sabía donde!.
Al Centro de Vicente López íbamos todos los domingos a almorzar, con los familiares y los paisanos. Había que ir temprano porque sino las mesas se terminaban. Si no llovía se
armaban en el parque y sino en la pista de abajo, todos amontonaditos pero felices de compartir recuerdos la gente mayor y los jóvenes fijándonos a cual íbamos a tratar de pescar para bailar a la tarde. Siempre con orquestas de renombre en la pista de abajo se bailaba popular y en la del primer piso tango. Abajo del hórreo bailes populares asturianos con gaita y tambor. Si el día estaba muy bueno, nos descalzábamos y bajábamos a la playa y caminábamos hasta el agua, pero no nos bañábamos pues el agua no era de lo mejor.
Tendría muchísimo más para compartir, pero el reglamento es el reglamento y ya casi llego a lo permitido, por lo que voy a terminar rindiéndole un homenaje a mis padres que me enseñaron a amar a Asturias. A mi esposo que me eligió y nunca se separó de mí y a todos los asturianos que conocí en aquella época, los cuales dejaban su tierruca y su familia con la esperanza de volver. ¡Cuántos quedaron en el camino y no pudieron regresar!
Quiero también felicitar a los asturianos que se quedaron en el Centro e hicieron una obra maravillosa en Vicente López y siguieron luchando para que el Centro llegara a los 100 años. Lamento enormemente no haber tenido la fortaleza de seguir luchando como ellos. Qué Dios los bendiga y ¡A POR OTROS 100 AÑOS MÁS!
Elsa Lorences de Llaneza
elsalorences@yahoo.com.ar
Publicado en el Libro
"Centro Asturiano de Buenos Aires"
"CIEN AÑOS"
donde se recuerda la trayectoria del mismo en el Año 2014, bajo la presidencia del Señor Juan Manuel Posada.
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