SANTA
GERTRUDIS
FOROS DE
LA VIRGEN (BOSCO ORTEGA)
Santa
Gertrudis fue una de las primeras videntes y propulsoras del Sagrado Corazón de
Jesús.
Tuvo
innumerables experiencias místicas con el Sagrado
Corazón de Jesús.
Fue 400
años antes que Santa
Margarita María de Alacoque en el
siglo XVII y 600 años antes que María
del Sagrado Corazón en los
siglos XIX y XX.
E incluso llegó a tener una
experiencia mística con San Juan evangelista, con quién recostó su cabeza en el pecho de
Jesús y sintieron los latidos de su corazón.
Gertrudis la grande fue
una mística benedictina que nació en 1256
y murió en 1301.
A los 5 años Fue enviada a
vivir al monasterio benedictino de
Helfta dónde Santa
Gertrude de Hackeborn fue abadesa.
Ésta la puso a cargo de Santa Mechtilde o
Matilde de Hackeborn, su hermana, con quien compartió
muchas visiones.
Santa Gertrudis es
conocida como Santa Gertrudis de Hefta o
también como Santa Gertrudis la Grande.
Fue considerada una gran
teóloga, pero curiosamente nunca fue canonizada
formalmente, a pesar que Clemente XII dispuso que se celebrara universalmente
su fiesta el 16 de noviembre.
También fue una propulsora de las devociones a las almas del
purgatorio.
SU
DEVOCIÓN AL SAGRADO CORAZÓN
Nuestro Señor se le apareció
a Santa Gertrudis para revelarle
a ella y al mundo el amor divino y humano de su Sagrado Corazón.
Y ella se convirtió en un
Heraldo de su Sagrado Corazón.
Una de las primeras
apariciones de Jesús a Santa Gertrudis fue cuando caminaba por un pasillo del
monasterio y se inclinó en la presencia de
una hermana, pero vio que era Nuestro Señor Jesucristo.
Y fue especialmente
importante para ella porque en ese momento estaba
sufriendo de aridez espiritual y le dio mucha alegría a su
corazón.
Ella lo describiría
después como el más hermoso de todos los
hijos de los hombres.
Nuestro Señor le dijo,
“Tu salvación está cerca,
¿por qué te consume el dolor?”
E inmediatamente apareció un coro de monjas cantando alabanzas a Dios
y Jesús le dijo poniéndole la mano en su cabeza,
“Te salvaré, te libraré, no
temas”.
Y fue más específico
cuando le recalcó,
“Has lamido el polvo con Mis
enemigos, y has atrapado la miel entre espinas, pero vuelve ahora a Mí.
Yo te recibiré y te
embriagaré con el torrente de Mis delicias celestiales”.
Entonces Gertrudis trato
de tocarlo, pero descubrió una barrera entre
ellos que eran sus pecados.
Y
descubrió que las distracciones del mundo la habían alejado del amor de Dios,
se dio cuenta de lo que le agradaba Dios y lo que no le agrada a Dios.
Entonces decidió escapar de las vanidades del mundo y de
estímulos que tenían poco contenido espiritual y mucho deleite
personal.
Y fue en esa oportunidad
que recibió las 5 heridas en su corazón
y le prometió,
“Oh, mi Salvador, deseo
traerte cada alma, para que te deleites en cada una”.
Otra vez vio a Jesús llevando
un gran edificio sobre los hombros
y le preguntó que significaba.
Y Nuestro Señor le dijo,
“He aquí, con qué trabajo,
cuidado y vigilancia llevo esta querida casa, que no es otra que la de la
religión.
En todas partes está amenazada
con la ruina, porque hay muy pocas personas que están dispuestas a hacer o
sufrir algo por su apoyo y crecimiento.
Por lo tanto, deben sufrir
conmigo para soportarla.
Para todos aquellos que se
esfuerzan, con sus palabras o acciones, de extender la religión y tratar de
establecerla en su primer fervor y pureza
Los pilares fuertes que
sostienen esta santa casa me consuelan al compartir conmigo el peso de esta carga“.
En una oportunidad
Gertrudis estaba preocupada porque su fama se había extendido y mucha gente iba a pedirle consejos y ella temía
que pudiera dar consejos equivocados.
Entonces se le apareció el
Sagrado Corazón y le dijo que confiará en los
instrumentos que Él había elegido.
Le recordó lo que le había
prometido a Pedro, que lo que desates en la Tierra
será desatado en el cielo.
Y lo mismo había obrado
para ella,
“Realmente confirmo que todo lo que le digas a los demás a
sugerencia Mía y en Mi nombre: a quienquiera que prometas algo a través de
mi bondad sobre la Tierra, lo aseguraré y ratificaré en el cielo”.
Una oración ella acuñó para
el Sagrado Corazón es esta,
“Santidad del Corazón de
Jesús, consagra mi corazón;
Providencia del Corazón de Jesús, vela por mi corazón;
Inmutabilidad del Corazón de Jesús, fortalece mi corazón;
Pureza del Corazón de Jesús, purifica mi corazón;
Obediencia del Corazón de Jesús, subyuga mi corazón;
Amabilidad del Corazón de Jesús, datee a conocer a mi corazón;
Atracciones divinas del Corazón de Jesús, cautiven mi corazón;
Riquezas del Corazón de Jesús, enriquezcan mi corazón;
Inundaciones de gracia y bendición que fluyen del Corazón de Jesús inunden mi corazón.
Providencia del Corazón de Jesús, vela por mi corazón;
Inmutabilidad del Corazón de Jesús, fortalece mi corazón;
Pureza del Corazón de Jesús, purifica mi corazón;
Obediencia del Corazón de Jesús, subyuga mi corazón;
Amabilidad del Corazón de Jesús, datee a conocer a mi corazón;
Atracciones divinas del Corazón de Jesús, cautiven mi corazón;
Riquezas del Corazón de Jesús, enriquezcan mi corazón;
Inundaciones de gracia y bendición que fluyen del Corazón de Jesús inunden mi corazón.
¡Oh Corazón de Jesús! Sé tú
mi alegría, mi paz, mi reposo en este mundo y en el próximo.
¡Oh Corazón de Jesús! adorado
en el Cielo, invocados en la Tierra, temidos en el Infierno, reina sobre todos
los corazones, reina a través de todas las épocas, reina para siempre en la
gloria celestial. Amén.”
SU
DEVOCIÓN A LAS ALMAS DEL PURGATORIO
Santa Gertrudis también
tenía una gran devoción por las almas del purgatorio, y hay una oración destinada a liberar 1.000 almas del
purgatorio cada vez que se rece, según la promesa de Jesús,
“Padre eterno, yo te ofrezco
la preciosísima sangre de tu Divino Hijo Jesús, en unión con las Misas
celebradas hoy día a través del mundo por todas las benditas ánimas del
purgatorio por todos los pecadores del mundo. Por los pecadores en la iglesia
universal, por aquellos en propia casa y dentro de mi familia. Amén.”
Y una vez luego de comulgar Santa Gertrudis trato de dividir la hostia que tenía
dentro de la boca en pequeñas partículas, para significar el número de almas
que deberían ser liberadas del purgatorio, entonces se apareció Jesús y le
dijo,
“Para que sepan que Mi
misericordia está por encima de todas mis obras y que el abismo de Mi
misericordia no se puede agotar, estoy dispuesto a concederles, por el mérito de
este sacramento vital, más de lo que se atreven a pedirme“.
APARICIÓN
DEL APÓSTOL SAN JUAN
En una oportunidad fue visitada por Jesús y San Juan evangelista,
y sorprendida Gertrudis le dijo,
“Mi amable Señor, ¿cómo puede
ser que presentas a Tu discípulo más amado a una criatura indigna?”.
Fue ahí que Nuestro Señor
le replicó,
“Deseo establecer entre él y
tu una amistad íntima, él será el Apóstol, para instruirte y corregirte”.
Y entonces fue ahí donde ambos pusieron su cabeza en el pecho de Jesús a
instancias de San Juan,
“Ven, Esposa de mi Maestro,
pongamos nuestras cabezas en el más tierno seno del Señor, en el que están
encerrados todos los tesoros del Cielo y de la Tierra”.
Y Gertrudis cuenta que escuchó los latidos de su Sagrado Corazón
y le preguntó a Juan,
“Bien amado del Señor, ¿estas
armoniosos golpes, que alegran mi alma, también alegraban las tuyas cuando
reposabas durante la Última Cena en el seno de nuestro Salvador?
¿Cómo es que en tu evangelio
has hablado tan poco de los secretos amorosos del Corazón de Jesucristo?”
San Juan le contestó,
“Mi ministerio se limitaba a hablar de la
Palabra Divina y del Hijo eterno del Padre, algunas palabras de profundo significado
sobre las cuales la inteligencia humana podía meditar para siempre sin agotar
su riqueza.
Pero a estos últimos tiempos
se le reservó la gracia de escuchar la voz elocuente del Corazón de Jesús.
Con esta voz, el mundo
renovará su juventud, se despertará de su letargo y se inflamará nuevamente con la calidez del
amor divino”.
A partir de ahí Gertrudis
comenzó a tener experiencias más extraordinarias.
TRES
LECCIONES DADAS POR EL CORAZÓN DE JESÚS SOBRE LA CONFIANZA Y EL ABANDONO
1 – Jesús
proveerá lo que nos falta
En una oportunidad Santa
Gertrudis estaba desanimada con la oración y Jesús
le pidió tener confianza en su Sagrado Corazón, imitando como
hizo la reina Ester ante
su marido Asuero.
Ella le pidió que se
hiciera Su voluntad, y Jesús le nombró a cada una de
las personas que se habían enomendado a sus oraciones
diciéndole,
“¿Qué preguntas por esta alma y por esta, y por
esa otra, que reclaman más
especialmente tus oraciones?”
Y Gertrudis le contestó:
“Solo te pido, Señor, que tu
voluntad se realice perfectamente en ellos.
Todo mi deseo y mi deleite es
verte completamente satisfecho en mí y en todas tus criaturas”.
Jesús quedó conmovido por el
confiado abandono a Su voluntad
y le prometió que supliría lo que le estaba faltando en su vida.
2 – No
elegir ni pedir nada, porque Él elegirá lo mejor para nosotros
En otra oportunidad
Gertrudis estaba enferma con fiebre y se le apareció
el Sagrado Corazón de Jesús con la salud en la mano derecha y la enfermedad en
la mano izquierda, preguntándole cuál de las dos cosas ella prefería.
Y Santa Gertrudis le
contestó,
“Señor, no elijo nada, solo
deseo el buen placer de Tu Corazón”
A lo que Jesús respondió,
“Como renuncias a tu propia
voluntad de abandonarla por completo a la Mía, derramo en ti toda la dulzura y toda la alegría
de Mi Divino Corazón“.
3 –
Renunciar a la voluntad propia
En el convento, en la
Fiesta de la Circuncisión, la comunidad le pidió regalos
espirituales, entonces Jesús se le apareció y le dijo,
“Si alguien generosamente renuncia
a su propia voluntad de buscar sólo Mi Voluntad, Mi Divino Corazón lo iluminará
con una luz vívida para conocer Mis deseos.
Le mostraré en lo que ha
fallado con respecto a su Regla, que
es la expresión de Mi Voluntad, y le expiaré todas sus deficiencias.
Como un buen maestro que
instruye a un ser querido niño, lo dejaré apoyarse en Mi Corazón, le señalaré sus fallas con delicadeza,
amablemente corregirá lo que ha hecho mal y lo que ha descuidado.
Y si, como un niño
descuidado, no le presta atención a algunos puntos, los atenderé por él, y compensaré lo que él haya pasado por alto“.
LA VISIÓN
DE LAS MONEDAS DE ORO
Entre las
visiones más conocidas de Santa Gertrudis está una en que vio a Jesús con
una pila de monedas de oro de extraordinaria belleza.
Y observó
que Jesús ponía una tras otra moneda de oro sobre la pila de monedas y la
pila parecía brillar cada vez más.
Entonces
Gertrudis le preguntó qué significaban esas monedas de oro, porque la gran
pila, y porque la última que ponía tenía un brillo muy especial.
Y Jesús
le respondió,
“Hija
mía, cada vez que rezas con calma, fervor y cariño, a Mi Madre, deposito una
moneda de oro en el Tesoro del Cielo por ti”.
En otra
oportunidad vio que Jesús estaba contando las monedas de oro y ella le
preguntó por qué lo estaba haciendo, y Jesús le respondió,
“Estoy
contando las avemarías que has dicho; este es el dinero con el que compras el
cielo”.
Fue así
que surgió la oración del Ave María Dorada, que es una recitación muy lenta del
Ave María, saboreando cada palabra y meditándola.
ORACIÓN
QUE EL SEÑOR DICTÓ A SANTA GERTRUDIS PARA ANTES DE DORMIR
Jesucristo
le dictó a Santa Gertrudis una oración para recitar antes de dormir, ante la
posibilidad de una muerte repentina durante la noche.
“¡Oh
Corazón dulcísimo del Señor Jesús!
Yo Os
encomiendo por esta noche mi corazón y mi cuerpo a fin de que descansen
dulcemente en Vuestra Merced.
Como no
puedo alabar a Dios durante mi sueño, dignaos hacerlo Vos mismo en mi lugar, de
modo que todos los movimientos de mi corazón, durante esta noche sean otras
tantas alabanza que deis a la Santísima Trinidad, y recibais todos mis suspiros
para presentárselos como centellas ardientes de amor. Así sea.”
Fuentes:
http://www.catholictradition.org/Tradition/tradition-sh.htm
http://catholicexchange.com/saint-gertrude-golden-hail-mary
http://catholicexchange.com/saint-gertrude-golden-hail-mary
Sagrado Corazón de Jesús en vos confío y espero. Gracias Bosco Ortega mil bendiciones. Amén.
No hay comentarios:
Publicar un comentario