¡AMOR A LA DOCENCIA!
Ayer fui una niña
llena de ilusiones y esperanzas,
con latidos en mi corazón
anunciando cada primavera
de añoranzas nuevas.
Mi tiempo transcurrió
sin darme cuenta,
corriendo de un lado para el otro,
de la oficina como administrativa a docente,
llevando la Escuela en mi mente.
Recuerdo que mis compañeros
me decían “la
veloz del cuyo”
porque era como un papel
que volaba con el viento.
Y se posaba en la mente de los niños
como una mariposa sobre las flores,
en el dorado firmamento.
Amaba a los niños
y ellos me lo retribuían de mil maneras,
con amor y tibieza,
como el sol impera.
¡Fui feliz en la docencia!
Dando sabiduría y entrega,
en todo lo que hacía y enseñaba
¡Como Dios quiso que así fuera!
Violeta Rojas
Café Literario Rosario
Un poema muy sentido Violeta. Te felicito. Elsa.
No hay comentarios:
Publicar un comentario