Las manos gastadas
Aprender a estar en paz y amar…
aunque los vientos sacudan su
furia.
Aprender a estar en paz y amar…
aunque el odio salpique su
estiércol.
Aprender a estar en paz y amar…
aunque la indiferencia se sienta
en la piel.
Aprender a estar en paz y amar…
aunque la impotencia nos quiera
tentar.
Confiar en el tiempo prestado
para encauzar el viaje y
florecer.
Confiar en el Autor del tiempo
que prodigó su Vida para vencer
el mal.
Confiar en su egregia
misericordia
que precede a la justicia por
amor
para entronizar la alabanza en el
corazón
y asimilar los cielos de la
eternidad.
Agradecer cada instante de la
vida,
agradecer cada ensayo y cada
error,
agradecer el don de la sabiduría,
agradecer la mano tendida o la negada.
Agradecer la prisa interrumpida,
y así reconocer también la
urgencia ajena;
practicar la paciencia y la
escucha,
la humildad del respeto, del
habla o del silencio.
Aprender… confiar… agradecer…
en el camino transitorio y
terrenal.
Confiar en que ese lapso
compartido,
está cargado de lealtad y de calor.
Agradecer la fe y la alegría
sustentadas,
que nos liberan de la seducción
material.
Dejar en el mundo simientes de
otro amanecer
y llevarnos tan sólo… las manos
gastadas.
Nelli Esther Vichich
Hermoso Nelli. Muchas gracias.
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