Insisten las imágenes
y las palabras, para
que las deje fluir
desde mi realidad interior.
Son como líneas de sombras
inmemoriales del tiempo,
llaves de cánticos y claridades
en manos extendidas.
Manos, que se abren como pupilas,
y renacen desde el corazón
del hombre persuadido
por infinitud de estímulos.
El sentido, es encontrar
las palabras apropiadas
después del viento y la arena,
en el oasis de salmos del Señor.
Entonces sí, de par en par
las ventanas abiertas,
el mundo vuelve a comenzar
cabalgando por los sueños.
Entonces sí, puedo decir
escribiendo, que son
concisos mis reflejos
por magnitud de Dios.
Miguel Ángel Migliarini
San Nicolás de los Arroyos, 28 de setiembre del 2015.-
Como siempre Miguel tus poemas son dictados por el Espíritu Santo. Dios te bendiga.
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