JOSÉ EL ANDARIEGO
En esta tibia mañana de primavera lo veo llegar, lleva su hogar sobre la espalda, pocas cosas, no necesita más.
Su caminar cansino, su cuerpo encorvado sobrellevan muchos años vividos, saluda con una dulce sonrisa y sus ojos se iluminan.
Agradece con un gesto amoroso el agua fresca, la comida caliente que manos generosas le ofrecen a su paso.
Luego
de andar algunas horas detiene su marcha, descansa bajo un frondoso
naranjo en flor, duerme abrazado a sus sueños y lo abriga con su cariño
su amado perro Napoleón.
Cuando
el sol comienza a ocultarse en el horizonte y las primeras sombras de
la noche invaden el camino, ya no se lo ve, solo la silueta de Napoleón se
dibuja a lo lejos.
Amanece, pequeñitas nubes rosadas recién llegadas anuncian un sol esplendoroso!
Entre
los olivares viene cantando el hombre de la bella sonrisa, sus ojos
azules, transparentes, van iluminando el verde sendero, Napoleón lo mira
deslumbrado, el amor que los une es más poderoso que ese sol
que tibiamente comienza a acariciarlos.
Autora
Inés Gallardo Grau
Otro Microrrelato de Inés. ¡Qué difícil es escribir microrrelatos! ¿Será por eso que nuestros escritores no envían? Gracias Inés, como siempre completita, microrrelato con adorno incluído. Me ayudás tanto amiga. Gracias nuevamente
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