Agonizabas…
Y en ese instante previo a tu partida
asomaron del capullo tus codiciadas mariposas…
Los colores de sus alas salpicadas de armonía
contrastaban con el ahogo que en mi pecho se enlutaba.
¡Un puñado de utopías en mi vida! Todo fuiste .
Tu energía, tu inquietud, tu curiosidad polifacética,
trascendió lo conocido… y te marchaste.
Infiero, duende pícaro, que en las tormentas,
usaste el disfraz de tus sonrisas para vedar mi llanto
y abrasarme en el ardor de tu ternura.
Fue breve y tangible tu pasaje entre nosotros
pero llenaste de amor cada rincón y cada estancia.
Y sé que planeabas vivir, cada día, una aventura
porque tus propias dotes te impulsaban.
Tu espíritu sensible y tu magia exploradora
puso pepitas colosales y radiantes
en los sitios más oscuros de mi existencia.
No supiste de egoísmos o rencores;
de soledades, asperezas o injusticias… no hubo tiempo.
Tan sólo alzaste vuelo, níveo, inmaculado,
con el séquito de tus mariposas que solté en la despedida;
ellas… revolotearon con gracia y sin apuro,
regalándonos un signo de paz y loas a la vida.
¡Fueron guardianes de tu liberación eterna!
y se llevaron tu alma dormida entre sus alas.
A mi pregunta muda sólo se revela, el infinito.
Ése… del cual dijiste que tu amor por mí lo superaba,
ese infinito que, el Creador, quiso darte muy temprano.
Sin duda, mis interrogantes, hostigan aún al viento;
mi angustia, mi impotencia… ya no importan,
acaso sirvieron para amarte mucho más.
Hoy, únicamente atesoro la esperanza
de que estás feliz, sin amarras, entre ángeles,
y de que partiste para iluminar a quienes todavía
vivimos en tinieblas… Busco y buscaré respuestas,
enredadas en tu niñez alada,
y soñaré con que otras mariposas, me guíen a tu cielo.
Mientras, caminaré hacia ti, cambiando clamores por certezas
y no perderé la confianza del reencuentro…un día.
Y en ese instante previo a tu partida
asomaron del capullo tus codiciadas mariposas…
Los colores de sus alas salpicadas de armonía
contrastaban con el ahogo que en mi pecho se enlutaba.
¡Un puñado de utopías en mi vida! Todo fuiste .
Tu energía, tu inquietud, tu curiosidad polifacética,
trascendió lo conocido… y te marchaste.
Infiero, duende pícaro, que en las tormentas,
usaste el disfraz de tus sonrisas para vedar mi llanto
y abrasarme en el ardor de tu ternura.
Fue breve y tangible tu pasaje entre nosotros
pero llenaste de amor cada rincón y cada estancia.
Y sé que planeabas vivir, cada día, una aventura
porque tus propias dotes te impulsaban.
Tu espíritu sensible y tu magia exploradora
puso pepitas colosales y radiantes
en los sitios más oscuros de mi existencia.
No supiste de egoísmos o rencores;
de soledades, asperezas o injusticias… no hubo tiempo.
Tan sólo alzaste vuelo, níveo, inmaculado,
con el séquito de tus mariposas que solté en la despedida;
ellas… revolotearon con gracia y sin apuro,
regalándonos un signo de paz y loas a la vida.
¡Fueron guardianes de tu liberación eterna!
y se llevaron tu alma dormida entre sus alas.
A mi pregunta muda sólo se revela, el infinito.
Ése… del cual dijiste que tu amor por mí lo superaba,
ese infinito que, el Creador, quiso darte muy temprano.
Sin duda, mis interrogantes, hostigan aún al viento;
mi angustia, mi impotencia… ya no importan,
acaso sirvieron para amarte mucho más.
Hoy, únicamente atesoro la esperanza
de que estás feliz, sin amarras, entre ángeles,
y de que partiste para iluminar a quienes todavía
vivimos en tinieblas… Busco y buscaré respuestas,
enredadas en tu niñez alada,
y soñaré con que otras mariposas, me guíen a tu cielo.
Mientras, caminaré hacia ti, cambiando clamores por certezas
y no perderé la confianza del reencuentro…un día.
Nelly Esther Vichich
Gracias Nelly por empezar a participar del Blog. Ojalá no sea lo único que nos mandes.
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