domingo, 2 de febrero de 2020

RELATO: VOLANDO CON LA MORENITA. DR. JORGE BERNABÉ LOBO ARAGÓN

Casa de la Virgen María en Loreto Italia con el altar de la Virgen de Loreto Patrona de los aviadores.
VOLANDO CON LA MORENITA

La naturaleza nos ha dado voz y la patria un idioma. Tenemos un natural derecho a usarlo para comunicarnos. Al derecho a hablar y escribir los medios mecánicos de la prensa lo multiplican. Pero no deja de ser un don de la naturaleza. Es por eso que todos los días  y cada vez que golpeteo sobre las teclas de mi computadora recuerdo e invoco  a San Francisco de Sales. Es que su doctrina y enseñanzas son caminos seguros y necesarios de seguir y recordar esta noble tarea. Para que sea Beato a través de su santa protección el que nos  ofrenda  la palabra clara, inteligible, sencilla, comprendida y apreciada por la generalidad de la gente. Nos  conceda la capacidad de exponer la verdad con tanta claridad como para convencer a acérrimos enemigos. Que debemos escribir con apego y ternura como todo trabajador trata a su herramienta. Es que el difundir y expresar ideas, opiniones o sensaciones no es de nuestra propiedad sino que somos precarios tenedores. Mucho lo hemos heredado de nuestros padres y abuelos y debemos legarlo a nuestros nietos enriquecido con las palabras necesarias para nombrar los hechos, objetos y circunstancias que los antecesores no conocieron, pero sin bastardearlo por nuestra ignorancia, por nuestra pereza de pensar, por nuestra incuria. Es por eso ¡San Francisco de Sales, milagroso convencedor de herejes! ¡Dame fuerzas para que  me resista  adoptar el lenguaje de la burocracia, para que cuando debamos poner un sustantivo no pongamos un adjetivo, para que no desfiguremos las palabras por aparentar cultura, para que adoptemos los neologismos útiles y para que rechacemos con energía los neologismos insulsos! Y muy es especial para que me ilumines en  este día en  que deseo escribir sobre la historia de la Virgen de Loreto. Historia de la que fui parte y que no apareció inmediatamente. En uno de mis viajes siderales que en alguna oportunidad contare en profundidad, cuando se me permita, pude conocer que aparecen por los siglos XIV y XV, pero se remonta al XIII, Resulta que los Apóstoles conocieron y veneraron la casa de la Virgen en Nazareth; en esa casa San Pedro dijo Misa y se la hizo Iglesia. Era visitada con respeto por los cristianos. Pero desde el fracaso de las cruzadas los peregrinos ya no pudieron llegar a venerarla. Y así fue que una noche de Mayo de 1921 los Ángeles la llevaron volando hacia Dalmacia (Esa Dalmacia en donde ahora los croatas siguen luchando  por su libertad) y la colocarlo entre Fiume y Tersato. El cura de Tersato supo por  revelación (como también el que escribe), que esa extraña construcción aparecida de improviso era la casa con que se había operado el misterio de la Encarnación, cuando el Ángel le anuncio a María la venida de Jesús. Se envió una comisión a Nazaret para que verificase y se dieron con que no estaba la casa de la Virgen sino solo vestigios de sus cimientos, y que sus medidas coincidían. Poco después, en 1294, la casa desaparece y va a colocarse en un bosque cerca de Recanati. Allí toma nombre, “Loreto”, de la propietaria del bosque, “Laureta” o de los “Laureles” que lo poblaban. Ocho meses más tarde, siempre volando a hombros de los ángeles, se instala en el sitio de Italia, cerca del Adriático. En el que hasta ahora se ahora se ha mantenido quieta. En el Siglo XVI el Papa Sixto V crea la “Ordo et religio equitum Laurentanorum pontifictorum,”       orden militar de caballeros de loretos, o defensores de la santa casa, (de la que soy parte en espíritu) cuya misión era la de proteger, de los corsarios del adriático y de los bandidos de la montaña, a los peregrinos que en multitudes la visitaban. Por supuesto que las milagrosas mudanzas de la casa no son artículos de fe, (como tampoco mis visiones a través de las facultades de bilocación) y los Papas al recomendar los santuarios y conceder gracia a los peregrinos no lo hacían por sus traslados, sino por la devoción con que se lo visitaba. No serán dogmas de fe las milagrosas mudanzas, pero bien que uno puede creerlas, si es que se quiere, como a mis facultades de traslación. Al evangelizarse América desempeña un papel fundamental la Compañía de Jesús. Y como los Jesuitas son devotos de nuestra Señora de Loreto no es raro que se la venerará y que aparecieran pueblos con su nombre aquí, en corrientes, en el Perú, Bolivia, el Paraguay  y el Brasil. Cuando se inventa la aviación, el hombre adquiere la posibilidad de volar (De allí mi mote de pájaro o pez volador), Tal vez, no, como los ángeles que tienen la sutileza del espíritu y la rapidez del pensamiento, pero el vuelo, el recuerdo de la casa de la Virgen trasportada milagrosamente  por los aires y un decreto del 4 de Mayo de 1920 le reconoce a la Virgen de Loreto su patronato sobre la aviación militar argentina. Por eso es que los aviadores suelen venir a visitarla el día de su fiesta. La imagen de la Virgen de Loreto es negra (como la de este negro tucumano que les escribe y venera a la Morenita con todo su ser). Hecha en madera de cedro guarnecida de oro. Y cuando los argentinos tuvimos la posibilidad de “Llenarlas de Criollos” y de “Curtirle la cara” a las Malvinas hasta que adquirieran “El gesto tradicional de la Patria”, allá también se fue la “morenita” volando otra vez. Ahora no en hombro de los ángeles sino a bordo de  aviones, templando los corazones de quienes pugnaban por la posibilidad de una Paz duradera. Hay mi Morenita, te ruego una vez más por la paz en el mundo y por mi Paiz “Argentina”
Dr. Jorge Bernabé. Lobo Aragón
Me alegra Dr. Jorge Lobo que usted haya relatado esta experiencia que muchos católicos  no conocen. Sea usted bendecido por Dios y por María. Elsa Lorences.

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