Lucas 2, 22-40
Celebramos hoy la fiesta de la presentación al templo de Jesús. El
evangelista construye el relato como una catequesis mesiánica: este niño
es el Mesías, el enviado, el salvador.
Aparece otra vez el gran símbolo de la luz a través de las palabras que Lucas pone en boca de Simeón: “Ahora,
Señor, puedes dejar que tu servidor muera en paz, como lo has
prometido, porque mis ojos han visto la salvación que preparaste delante
de todos los pueblos: luz para iluminar a las naciones paganas y gloria
de tu pueblo Israel.” (2, 29-32). Leer más...
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