En verdad el amor debe
celebrarse todos los días DE SAN VALENTÍN
“…Amor y Luna…
Mientras nos deleitábamos
observando la Luna roja desde Tafí del valle, degustando nuestro
famoso queso tafinisto, recordábamos en una reunión de varios, la relación de
este asombroso astro y el amor. El cielo se prestaba
fachendoso cubriéndonos bajo millones de esmeraldas luminosas
que titilaban sin cesar. Las estrellas y constelaciones parecían estar al
alcance de nuestras manos. Uno de los comensales se acordó de fenómenos que en
antiguas civilizaciones hasta los dioses tenían miedo por el recuerdo de
sangre. Algunos recordaban que la Biblia enseñaba que la luna algún
día se teñiría de sangre presagiando un gran evento que cambiaría la
historia. Otros…que miraba sin pestañear el color del
misterio gritaban exuberantes y a su vez nostalgiosos que era
un fenómeno astronómico insólito y majestuoso pero que no lo podrán
ver nuevamente sino desde la eternidad, despreocupándose de la versión
apocalíptica, y maneando sus cabezas. Un aficionado a los platillos voladores
aseveraba con confianza científica que el eclipse que nos
deleitaba está vinculado con el fenómeno OVNI, afirmando que seres
extraterrestres están pendientes de nosotros, dispuestos a ayudarnos y
que la influencia alienígena será una revelación de muchos misterios. Un
aficionado al Tarot aprovechaba la ocasión para interpretar el fenómeno
como clave espiritual y simbólica con renovación hacia un nuevo
mundo. El sacerdote amigo que se encontraba en el grupo
enseñaba las palabras proféticas de la Biblia enseñando que los números,
las formas, los colores, los animales tienen cada uno su significado
teológico. Que cualquier señal debe ser mirada desde la fe, y no como un
programa de futuros acontecimientos históricos, políticos o astronómicos. Que
el Apocalipsis seguirá siendo para siempre un escrito extraordinario y
mágico. Una anunciación de la salvación de Cristo asombrosamente bello y
sugerente, como una inmensa liturgia. Una gran Misa cósmica que concluye con
unas bodas: las de Jesús con la Iglesia, que es la humanidad salvada. Sin
embargo en el jeroglífico de la conversación bajo el silencio de la noche un
acriollado en el lugar, consustanciado con sus esencias, partícipe de sus
tradiciones nos decía que sus antepasados siempre recordaban a la luna
como la constante y fiel amiga de la tierra. Amiga consecuente, invariable,
perseverante y excelente ejemplo de amor. Otro de la rueda que
miraba suspendido y transportado se entusiasmó con este concepto, agregaba que
la Luna cualquiera sea su color es la eterna enamorada de la Tierra, como
lo muestra manteniéndose siempre en su entorno y mostrándole invariablemente la
misma cara, como si estuviera embobada en su contemplación, deleitándose de su
perpetua compañía. Entonces una viejita que parecía distanciada del portento
que nos deleitaba y que cebaba mate intervino para sujetar la expansión
del entusiasmo del momento. No – dijo – La Luna no solamente es amor sino
también la amistad. Una característica inseparable del amor es la de ser
productivo, la de fructificar. El amor, verdadero amor, da frutos. Las otras
relaciones pueden ser muy placenteras, muy gustosas, muy deleitables, pero no
son amor, lo que se dice amor, verdadero amor. Esta noche inolvidable en
el valle, nos ponía nuevamente en contacto con ranciedades que
sumergen sus raíces en misterios insondables. Los Menhires, esas piedras
esculpidas con signos de abstrusa, esotéricas e inasequible interpretación
no eran ajenos al misterio que nos extasiaba. La historia milenaria que
en ellos ha tomado forma y espera que seamos capaces de desentrañarla nos
acercaba cada vez más al misterio que contemplábamos que se hacía presente en
la luna , en el agua, en el canto del viento en los aybales y en la gota
de rocío que ya amanecía sobre los pétalos del amancay. Esa Noche nos
dejaba otro misterio DE AMOR Y LUNA. Feliz día de lo
enamorados
DR. JORGE B. LOBO ARAGÓN
Perdón Dr. Jorge. Para mí el amor debe celebrarse todos los días. Precioso el compartir. Bendiciones Elsa.
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