NECIO
El día de hoy, en el silencio, sin pensar,
me he parado desnudo frente al espejo,
y en esa imagen tan frágil
descubrí con dolor, mi propio cuerpo;
entonces así, colocado en la mira
de mi mismo, creí vivir y llorar
por tantos ayeres perdidos,
y de estos mis recientes, hoy,
Vilipendiados momentos,
perdidos en la nostalgia
de mis más largos acentos.
Y con total desvergüenza
y en un fútil abandono,
descubrí uno a uno los hilos
que hilvanaran las trágicas agonías
que a mi vida le han tocado;
y también ahí, en el silencio,
me he dado cuenta que yo,
hoy, no tengo amigos,
que vivo en un camino yerto,
tan carente de sonidos.
¿Yo los perdí?
¡Si, los he perdido por necio!
Por ese afán de llevarlos
siempre de mi mano asidos,
yo los creía muy simples
y a veces impedidos;
hoy voy solo en el camino
por no dejarlos pensar,
por creerme el guía nativo
se han ido ya uno a uno,
y yo, me he quedado, vencido.
Y bien, así fue, me mire al espejo,
mi cuerpo estaba rendido,
mi pelo, solo eran canas,
mis hombros iban caídos,
¡Oh Dios, cuanto,
pero cuanto ya he envejecido!
Eduardo Martínez Zendejas | |
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