REFLEXIÓN- RELATO - HISTORIA
UNA DECISIÓN NO TOMADA
AMOR. CORAJE, FIRMEZA…VIDA
Paso a contarles
lo que hace muchos años escuché y que se
daba realmente por sucedido. Para mí todo era fantasía pero, para mi sorpresa, llegué
a confirmar que los datos atribuidos a
los personajes del relato son históricamente ciertos.
Contaban que
mucho tiempo atrás , en la segunda mitad del siglo XVll, en una ciudad del
Sacro imperio Romano Germánico, vivía una joven señora que todas las noches
despertaba entre gritos, sudorosa y aterrada. La pobre sufría de una pesadilla
recurrente.
Soñaba que tras
uno de los frecuentes ataques de furia (debido a su mal carácter y a la elevada
concentración de alcohol en sangre), su marido abusaba de ella y quedaba embarazada.
Aturdida por
tanto maltrato, llevando una vida miserable, quebrantado su ánimo por situaciones
muy dolorosas que incluían grandes problemas de salud y la muerte temprana de su primer hijo,
deprimida y sin esperanzas, decidía no compartir esa cruz con el que iba a
nacer y desesperada acudía a la comadrona para que la ayudase a que ese pequeño
no viniese a ese su mundo de
sufrimientos.
Una vez cumplido
con su propósito volvía a su casa muy triste pero aliviada, sabiendo que, con ese acto, evitaba dolores al hijo que tanto hubiese deseado concebir
si las condiciones de su vida no hubiesen sido tan deplorables.
Al llegar a la
puerta de su casa…despertaba.
Estremecida de horror y enceguecidos sus ojos
por las lágrimas corría junto a la cunita de su bebé que, ajeno a los
sufrimientos de su madre, dormía plácidamente con una respiración muy rítmica y
unos ronquiditos que a los oídos de la
madre llegaban como música celestial, como una verdadera orquesta finamente
cincelada.
La joven agradecía a Dios por no haber tomado la
decisión de llevar a cabo los negros pensamientos que le habían asaltado en los
primeros días de embarazo.
Con maternal amor
alzaba en brazos al pequeño. Dulcemente cantaba mientras estrechaba contra su
corazón a su queridísimo hijo.
Mientras tanto,
el violento marido parrandeaba con sus amigos y se gastaba en alcohol el dinero
que mucha falta hacía en su casa. La borracheras del padre del niño eran tan
famosas que se había ganado la fama de
ser uno de los mejores contribuyentes al
fisco en materia de pago de impuestos a bebidas alcohólicas.
Esto sucedía en
1770, en la ciudad de Bonn y el famoso bebedor se llamaba Johann.
Para finalizar simplemente
me queda dar las gracias a María Magdalena Keverich que, a pesar de sus
padecimientos, supo ser una amorosa y entrañable madre para nuestro admirado,
inolvidable maestro entre maestros, creador entre creadores, Ludwig van Beethoven.
Nota al pie de página.
Para los curiosos,
como yo: salvo el relato de la pesadilla, los demás datos son históricos, aun
los que la forman y rodean
María Magdalena
falleció a los 40 años luciendo a esa edad un aspecto de anciana por su frágil
salud y los padecimientos sufridos.
El abuelo
Beethoven que se había hecho cargo de
toda la familia falleció cuando Ludwig
era muy pequeño.
A partir de ahí
las cosas fueron de mal en peor. La fuerte adición de Johann al alcohol lo
llevó a perder sus fuentes de ingresos.
Los niños
crecieron descuidados, desnutridos y recibían maltrato de su parte.
Tanto es así que
la sordera que Ludovicus (Ludwig) padeció en su adultez fue atribuida a los
golpes que su padre le proporcionaba en la zona del oído ante la decepción de que no
consiguiese ser un músico estrella a pequeña edad, tal como lo había llegado a ser Mozart.
Lo único que pido es que no mal
interpreten el cómo encaro el relato.
LOS DERECHOS DE LA MUJER SON INALIENABLES. NO JUSTIFICO LA CONDUCTA DEL
MACHISTA JOHANN. Es realmente repugnante y merecedora de la mayor de las
condenas y María Magdalena merecedora del mayor reconocimiento y la mejor de
las estatuas.
María de las Mercedes
Chascomús, 17-03 2017
Una larga vida de penurias que Dios coronó con el reconocimiento eterno en ese hijo que ella adoraba.
Mil Gracias Maria de las Mercedes
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