Hace muchos años, cuando decidí servir a Dios en el mundo de las comunicaciones no imaginaba las derivaciones que tendría eso en mi vida... y me alegro de esa decisión... y volvería a tomarla...
Los reconocimientos fueron llegando lenta pero constantemente, sin haberlos buscado, pero no cambiaron ni cambiarán mi forma de ser y actuar respecto de los valores no negociables... buscando formas de llegar al corazón del hermano, aún del que está errado... devolviendo lo recibido...
En esas formas están las distinciones que anualmente entrega el Mes de las Letras desde hace quince años.
Son atípicas y muchas veces no bien comprendidas:
entregamos libros cuando sería mucho más simple entregar plaquetas, creamos una Orden Honorífica que no es una medalla acuñada en un taller de fundición, sino venida de las manos de un bordador de la comunidad laosiana de Chascomús, soñamos una bandera de uniera a los escritores argentinos y la hicimos en memoria de un sacerdote paulino, un párroco de poetas que ya no está... Y Dios vio que era bueno y nos fue proveyendo los medios...
Esas distinciones son nuestra forma de decir al mundo que es posible trabajar por la Belleza, sin vanidades, compartiendo momentos para el espíritu que exceden lo personal y hacen bien a la comunidad...
A veces algunas personas procuraron que me sintiera "la hija del carpintero"... sin autoridad religiosa, política o académica para decidir quienes pueden o deben recibirlas... pero sigo adelante... porque sé que todo será para Su gloria... seguiré sembrando por la noche y procurando ser profeta en la niebla matinal... ya vendrá el sol del mediodía...
Eva Lucero de Ortega
Coordinadora 2003-2017
Mes de las Letras
Declarado de interés cultural municipal y provincial
¡Qué gran logro Eva! ¡Cuánto trabajo, cuántas emociones, cuánto amor hay en estos logros! Qué sigan surgiendo Diosidades. Te lo merecés. Bendiciones Elsa.
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