Nuestra
Iglesia tiene místicos que han recibido visiones y revelaciones del
Señor sobre como ocurrieron los hechos aquella semana en Jerusalén.
El
mundo fue creado por Dios con la mirada puesta en esos momentos de la
historia, y ya nada volvió a ser igual después de que todo eso
ocurrió. Como miembros de la Iglesia del Señor, tenemos que
comprender de corazón todo lo que sucedió, instante a instante. Es
por eso que Dios ha revelado a místicos a través de los siglos
visiones y revelaciones que amplían y detallan lo que leemos en las
Escrituras Sagradas.
Leamos
y meditemos en esta Cuaresma con el corazón abierto, porque llegar a
Semana Santa con el alma encendida es el mejor regalo que podemos
hacer a Jesús y Su Madre.
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