YO PEDRO
Las
estrellas comienzan a palidecer ante un sol abrasador que amenaza
agobiar a los pescadores de esa bella aldea recostada en las generosas
montañas que la protegen de los temibles vientos que llegan del
desierto.
Con la tenue claridad del dìa los pescadores comienzan a llegar a orillas de ese mar sereno que los recibe y generoso
les entrega su alimento.
Pedro llega junto a Simòn cargando sobre sus poderosas espaldas abundantes redes, su curtido rostro se destaca entre sus largos cabellos, sus pequeños ojos inquietos buscan una presencia.
Sentados sobre la càlida y blanca arena beben junto al
grupo el ansiado brebaje que les da la fuerza que necesitan para comenzar el dìa de trabajo.
Rìen junto a su Maestro que ha llegado a compartir con los amigos los momentos de alegrìa.
Pedro
lo mira a los ojos y queda extasiado con la luz que tiene su rostro, su
risa atrapa los sentidos y la brisa la lleva hasta las montañas, sus
manos juegan con la fina arena mientras les cuenta de sus viajes por
aldeas lejanas.
El sol recièn amanecido pinta de un màgico resplandor dorado su blanca tùnica, todo Èl resplandece y eterniza ese instante!
Pedro
se abraza a su amado Maestro y le cuenta en susurros cuanto lo ama
mientras la tibieza del mar acaricia sus pies descalzos en la breve
caminata antes de partir en su barca.
De
pronto
Pedro se detiene y mira asombrado a su amigo, algo impensado le ha
dicho, algo que no quiere escuchar lo sorprende, Pedro baja su mirada
y niega varias veces, presiente que no es una buena noticia.
En silencio regresan junto al grupo,ambos se despiden con un beso,no vuelven a hablar, la sonrisa de Pedro es un lejano recuerdo, su rostro tiene las sombras del atardecer bajo el sol de este dìa.
Mientras
la barca se aleja ondulando entre las pequeñas olas de un mar azulino,
la figura del Maestro se desvanece en la orilla, la mirada inmòvil de
Pedro lo sigue y una làgrima se desliza por su moreno rostro
humedeciendo su gastada tùnica.
El sol ilumina y guìa la pequeña embarcaciòn, solo se distingue a los lejos junto a los remos su nombre:" Mi Rabì"
Autora
Inès Gallardo
Grau
La tristeza de Pedro en la imaginacion de Ines.
Inés Gallardo Grau siempre presente. Gracias amiga.
DISEÑO: Sacado de la Web
DISEÑO: Sacado de la Web
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