Muchas
veces lo dijimos y lo seguiremos diciendo: ¿cómo puede ser que el mundo
no se convierta masivamente ante el aluvión de manifestaciones
sobrenaturales que Dios derrama sobre esta generación? Y sin embargo,
poco, casi nada, ocurre.
Una
de nuestras preferidas es la aparición fotográfica de La Virgen en
Zeitún, en las afueras de El Cairo. María se apareció flotando sobre el
techo de una iglesia, durante horas, a lo largo de muchas noches, ante
multitudes crecientes que llegaron a los cientos de miles de personas.
La
noticia recorrió el mundo, salío en los titulares de los principales
diarios, con fotografías de Maria flotando sobre el techo toda de Luz,
con fotos y testimonios de la multitud. Y sin embargo, nada. Todo pasó
rápidamente al olvido.
¿Qué tiene que hacer Dios para llamar nuestra atención, si por el consuelo y las caricias no hacemos caso?
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