VIRGEN DEL PERPETUO SOCORRO
El camino de la vida en Dios que recorro,
y sometido al peligro del terrestre naufragio,
a tu amor ofrendo, Virgen del Perpetuo Socorro,
incienso de alabanza en tu místico sufragio.
Suplico tu cuidado, como el Divino Infante,
que aferra sus manos a tu pródigo desvelo,
y recostado sobre tu pecho, Supremo Instante,
me reverencio a tu latido en aroma de anhelo.
Quien dispone, seguro, su sandalia a tu cuidado,
y el orden de su paso a tu materna confianza,
que antes de Juan Bautista ya habías asegurado
con tu vigilia materna de atribulada esperanza.
A tus pies deposito mi mapa de peregrino
y el sendero por hacer en mi trayecto futuro,
a la estrella de tu frente en la aurora me inclino
y al Sol Invicto del Emmanuel marcho, seguro.
Alba y alma, se abren a tu imagen milagrosa,
fulgor de púrpura y azulinos resplandores,
dorado milagro, tu brillo, Absoluta Rosa,
se alumbra el Universo con sus esplendores.
Theotokos, Madre de Dios y El Qué Es, Jesucristo,
revelados por Dios para la pupila humana,
prodigio por San Lucas, apóstol, entrevisto,
rostro del origen del verdadero mañana.
Síntesis de la Pasión del Cordero en espera,
los Arcángeles y su dolorosa elocuencia,
la Cruz, los clavos, la esponja y la lanza, certera,
el hijo y la madre, y su asediada inocencia.
Bosco Ortega
Balvanera
Hermoso Bosco. Dios bendiga tu hacer. Elsa Lorences de Llaneza
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