DESESPERANZA
Una indócil lágrima
surca los pliegues
de la desesperanza...
¡Es tan grande el dolor
y es ta breve el alivio!
El incansable batallar
de los latidos
no da tregua
a los sentidos
que añaden una
cuota más a mi destino.
¡Esperar, siempre esperar!
el alado abrazo
del Espíritu Santo.
LIANA FRIEDRICH
Hermoso Liana. Es verdad. Siempre esperar que el Espíritu Santo llegue a nosotros. Bendiciones. Gracias por compartir.
Elsa Lorences de Llaneza
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