Es un sencillo homenaje a la gesta de Malvinas. Les presento lectores a Omar Tabarez. Musico, trompetista de Malvinas.
Poco después del desembarco del 2 de abril de 1982, llega a las islas el joven soldado Tabarez. Su misión era tocar el instrumento musical mencionado, en diversas situaciones. Asi lo hizo, hasta último momento, el de la rendición argentina. El Cabo Primero de Música, era muy joven pero cumplió con los requisitos exigidos por los ingleses. Solo un detalle lo hizo diferente ante el resto de su compatriotas. Debajo de su brazo tenía una caja cerrada. El inglés que los vigilaba abrió la caja ante la duda y temor de un explosivo. Solo se encontró ante un instrumento musical: una trompeta. El Cabo Tabarez solicitó retener el estuche pero, tras la consulta, a los superiores el pedido no fue complacido. En silencio, supo que era la última vez que vería a su amado instrumento, el preciado, el mismo que acompañó y los acompañó a los soldados argentinos aún en el frente de batalla.
La pequeña historia tendría su fin aquí de no ser por, esos detalles de la vida, que hacen la diferencia. El soldado escocés Tony Banks le arrebata la caja donde guardaba la trompeta. Ambos soldados retornan a sus países de origen. Banks, cuenta que siempre tuvo una profunda sensación de cargo de conciencia por haberse llevado el instrumento. Es así que, durante 28 años de mutismo, decide encargar a una persona especializada para que busque a Omar Tabarez para devolverle el instrumento. El trabajo encomendado duró tres meses, al cabo de ese período, lo encontraron al dueño de la trompeta. Chequeados los datos, Banks se comunica con Tabarez y arreglan una entrevista en Buenos Aires para entregarle la caja y la trompeta. Los primeros momentos fueron de dudas y desconcierto, pero finalmente pactaron en encontrarse en la casa del Cabo Primero de Música, un 14 de junio de 2010, en Moreno, Provincia de Buenos Aires, Republica Argentina.
Banks
había donado a un museo la caja y su contenido. Cierra el museo, y lo
llaman para reintegrarle su donación al museo, la caja y el instrumento.
A partir de ese momento supo que debía devolver a su dueño el ¨botín de
guerra¨. No es casual que el mismo día de la rendición en Puerto
Argentino ambos se reencontraron y brindaron por la paz, dicen: con
agua. Habían pasado 28 años. Cerraban capítulos de sus vidas. Gloria y
Honor soldados de Malvinas.
Ana Franceschini
Historiadora
Hermosa historia Ana, que nos reconcilian con la vida a pesar de los años pasado. Dios bendiga a ambos soldados. Gracias querida amiga. Elsa Lorences de Llaneza.
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