PABLO
Saulo, de Gamaliel,
convencido perseguidor,
sin el pedestal de tu caballo,
mordiste el polvo, camino a Damasco,
Luego de los Apóstoles,
viste y conociste a Jesús:
en la luz oíste su voz.
Cegado por la intolerancia,
tú, el potente y enérgico,
requeriste de un lazarillo.
Ananías curó tu tiniebla,
persuadido por el Señor.
Escamas caen de tus ojos,
prejuicios del hombre viejo.
Tendrás visiones, arrebatado
hasta el séptimo cielo,
y deberás coser tiendas para comer.
Serás, a tu modo, quinto apóstol, amigo de Pedro,
escriba y predicador entre los gentiles.
Soportarás castigos, torturas y peligros
y la espada te gestará mártir.
Desearás que te lleven al cielo,
pero prefieres servir, todavía,
más tiempo a los hermanos.
Tu sabiduría y tu alegría,
te condujeron a la metanoia,
la conversión de alma y mente.
Sigues, leal y fiel a tu misión:
sólo anhelas el Día para ver su Rostro:
sin enigma,
en la Otra luz del Paraíso.
Bosco Ortega
Hermoso día para nacer " No lo crees así Bosco" Gracias por saludarme. ELSA LORENCES DE LLANEZA.
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