Llegamos
finalmente a la Gran Fiesta del Espiritu Santo, el momento en que Dios
se regala a nosotros en una forma interior, perceptible, profunda.
Quizás
llamado con algo de justicia como El Gran Desconocido, el Espiritu
Santo es sin embargo Dios mismo habitando dentro nuestro. Conocido por
los Apostoles despues de que Jesús les anunciara Su Venida, descendió
sobre ellos en aquellas jornada, y ya nunca más se fue del mundo.
Hoy
debemos conocer a Dios que quiere ser aceptado por cada uno de
nosotros, como el autor de nuestras buenas intenciones, de nuestros
gestos de bien, de amor, y darnos el camino a la santidad, al Reino
prometido.
¡Hoy El llega de forma renovada, y llena de paz nuestros corazones, porque Dios se derrama como alegría que nos inunda!
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