Eras así de chiquita cuando te trajimos a casa. Te bautizamos Indiana pero siempre te dijimos Indy. Te disfrutamos 16 años. Eras nuestra compañera, nuestra amiga, sobre la que lloramos nuestros pesares y dolores. Tú nos acompañaste cuando estábamos enfermos en la cama. Te levantabas únicamente para comer y tus necesidades hasta que nos mejorábamos. Tuve que sacrificarte Indy y mi dolor sigue hoy a tantos años de tu fallecimiento. Quiero pedirte perdón pero había que tomar una decisión porque tu cuerpito no daba más. Tengo grabada en mi mente y en mi corazón tu mirada antes de partir. Yo sentía que me decías ¿Por qué me hacés esto si yo te amo? Y porque yo te amaba y te amábamos todos te tuvimos que sacrificar para que no sufrieras más. Siempre te recordaré mi amor. Y en este día del Animal quiero rendirte tributo a tí y a tantos animales buenos como vos. Tú estarás en el cielo de los perritos, cuando yo fallezca y me lo permitan iré a visitarte y el encuentro será fabuloso. ¿No crees? Elsa Lorences de Llaneza. 29/4/2019
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