Alternancia de roles…
Por el cañadón de la vida
arremete la brisa su suspiro
de humedad, de calidez , de frío polar.
Circunda, vulnera o deleita y escapa…
Trae ecos, sonidos, retratos o historias
que un día construimos,
que sentimos, guardamos, soslayamos…
El rol rota para disciplinar el corazón,
resistir demandas o caer… y aún desde el suelo,
casi inadvertidos, emerger
corregir, direccionar, equivocarnos
y volver a empezar por lo esencial.
Custodiamos la morada,
guiamos a
las crías hacia la libertad;
ahí, despliegan sus alas en la hondonada…
para inaugurar su despedida.
¡Se van…!
Cuando aparece el torrente joven
desde el seno insondable de la tierra madre;
vigorizados, los sueños ascienden
por las laderas aferrados a las ramas
e intentan volar…
como los pájaros.
Aunque algunos, endebles, se pierden…
En pareja trituramos los silencios,
revisamos los aciertos, los deslices…
para buscar travesías en otros horizontes.
Allí, en el cañadón donde las zancas del sol
dejaron marcas, o las del agua,
del remolino o los rodados.
La soledad grita su conmoción,
los reproches o las culpas son las deudas
que se presentan de improviso.
¿Ganará el discernimiento su lugar?
¿Será paciente la búsqueda sin relojes y sin
prisas…?
¿Habrá ocasión para el gozo del reencuentro?
Y fluye otra mirada más cauta, sin prejuicios…
¡Aprender a amar sin condiciones…
como el Supremo Creador de la existencia
y en cada circunstancia, abrir la puerta del perdón
para orientarlo al abrazo en bienvenida
o proponerlo como ofrenda fraternal!
Es que, el otoño, desvanecido de rubores,
reviste en cenizas la sabiduría del invierno,
que espera siempre, la próxima cosecha.
En ese fragmento andado y desandado,
sumamos aprendizajes e imperfecciones
hasta la estación final del recorrido.
Hoy son otros los que experimentan,
el peso generacional que avanza en la cañada.
¡¡ Y varían los roles en ese cauce tan diverso,
cuando los gajos nuevos de su especie, brotan!!
Nelli Esther Vichich
Muy bueno tu poema Nelli. Gracias.
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