ESTADOS
En el silencio,
escucho tu voz a
cada momento,
como lluvia fina,
como aire, muy lento.
En la alegría,
inunda mi cielo el
rumor de tu risa,
En la tristeza
cobijas mi pena en triste sudario
en un acto humano,
ofrenda de alteza.
En la distancia,
te encuentro tan
cerca aunque estés lejana,
y tu lejanía al
fin, es la nada.
En el pensamiento,
vives a mi lado
y un gozo infinito
inunda mis días,
por la dicha
inmensa que Dios me ha otorgado.
En el amor te
encuentro tan plena,
tan dulce y tan
franca, que siempre has de ser
motivo de vida,
motivo de entrega, motivo, de mi alma.
Eduardo Martínez Zendejas
(Méjico)
Muy bueno amigo. Gracias.
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