sábado, 9 de mayo de 2020

"EL MILAGRO" Garabandal (Quinta Parte) DR. JORGE BERNABÉ LOBO ARAGÓN ( TUCUMÁN)


“El Milagro”
Garabandal
(Quinta Parte)

Después que estas dos almas han saboreado en sus corazones los perfumes de la DIVINA ROSA y se han deleitado con la fragancia inconfundible de sus pétalos, ¡Don clavel, válgame Dios, qué bellos olores tenéis!, como  peregrinos   seguimos volando tal vez en búsqueda de una antigua aspiración del hombre, la de remontarse a las alturas inusitadas, por el mero placer de vivir…seguir subiendo ¡más arriba! hacia el sereno azul del firmamento…Eso es VIVIR. Siempre más arriba! ¡Más alto hacia el cielo azul!, porque la voluntad y la perseverancia se construyen con Fe. Si quieres volar y emprender…Sueña. La esperanza siempre estará  presente. Después de recordar las palabras del Padre Pio “CERTO E VERO” nos quedamos en silencio. Hicimos un alto en el camino. Era como componer nuestro espíritu a estas nuevas situaciones tan increíbles en nuestras vidas. Dos amigos virtuales que no se conocen pero que el corazón de María los unía  nuevamente en una AVENTURA fascinante y los impulsaban ávidamente a esta experiencia no pensada. Desde lo alto  avizoramos una vez más nuestro destino, la aislada aldea en las montañas cantábricas. Allí cerca del inicio de la calleja donde se apareciera el Ángel unas piedras de esfumados colores nos ofrecían la posibilidad del descanso y  la observación. Ya nada era lo mismo, se veían peregrinos de todas partes en actitudes diferentes, de curiosidad, preguntando con insistencia, otros en oración, los demás allá pensativos muy parecidos a lo que nuestros sentimientos nos imponían. El ir y venir por esas callecitas estrechas era una bendición, los habitantes acaso un poco recluidos, las niñas protegidas, mientras  nos preguntábamos como se sentirían cada uno de los habitantes ante este hecho que desbordaba sus vidas. Dejamos  deslizar  nuestros ojos por el entorno. La calma predominada en la naturaleza pero no en los hombres. Existía una premura por ver más...por saber más...esa urgencia que no adelanta nada pues los tiempos de Dios son bien diferentes a los nuestros. Había que esperar. Sin darnos cuenta sacamos de nuestros bolsillos  un Rosario, sorprendidos nos miramos, al unísono y dijimos RECEMOS. Una sensación de infinito nos invadió pues aparecieron las niñas caminando muy rápido trepando por la calleja, rosario en mano, los ojos elevados al cielo y la gente comenzó a seguirlas. Sin poder llevar su ritmo, era evidente que por la forma eran llevadas de la mano de Nuestra Señora. El Arcángel San Miguel les había advertido que MARÍA vendría y rezaría el rosario con ellas. Es que más allá de los  avisos de la Señora de los Cielos y del milagro y castigo que sin duda vendrán, el  ROSARIO es una parte muy importante del Mensaje de la Virgen en Garabandal.  La Santísima al florecer acompañada de dos ángeles dice. “debéis sacrificaros más, pensad en la Pasión de Jesús…Rezar es hablar con Dios…cuando decimos el Padre nuestro o el Ave María hay que decirlo como cuando hablamos con una persona a quien amamos mucho, despacio y con corazón”. La Virgen nos enseñaba a rezar la letanía, y los misterios del rosario que no los sabíamos,  dicen las pequeñas. Ella sólo rezaba el gloria.  Las videntes empezaron a cantar los misterios, la Virgen les pedía que canten todos en voz alta. ¡Unas voces angélicas! se sentían en el espacio acompañando la melodía celestial. El Universo en pleno le  ofrecía a la Madre de Dios en cada misterio del Santo Rosario una “Corona de Rosas”  que se elevaba hacia el infinito. Es que repetir en el Rosario el Ave María nos acerca a la complacencia de Dios: es júbilo, asombro, reconocimiento del milagro más grande de la historia. Es el cumplimiento de la profecía de María: “Desde ahora todas las generaciones me llamarán bienaventurada”. El camino del Rosario en el pueblo de San Sebastián de Garabandal es un estrecho sendero que comienza a un costado de los Pinos,  y zigzagueando el monte llega a una Cruz Gloriosa colocada a la misma altura del Monte Calvario en Jerusalén. Desde lo alto se vislumbra nítidamente el paisaje del pueblo y los pinos van descubriendo  las veinte estaciones del rosario. El cielo y las  nubes la va cubriendo como protegiéndola del destino. En  un aleteo constante por la Aldea Milagrosa, como abriéndonos camino entre las nubes, sin comprender si estábamos vivos, detrás del silencio encontramos una sonrisa que tiene nombre y define las luces del destino. En su vuelo no hay fuerza material que lo destruya. Es la Virgen del Carmen que le dice  a la humanidad en un mensaje universal que un fenómeno sobrenatural que proviene del Padre se observara en el firmamento que quedara plasmado hasta el fin de los tiempos…los enfermos sanaran, los pecadores se convertirán y los incrédulos creerán.  La Virgen viene a pedirnos en Garabandal a través de lo más puro y humilde que son  nuestros niños que el cielo está cerca y que DIOS EXISTE.

Dr. Jorge Bernabé Lobo Aragón

#Tucumán #Argentina

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