TALLER DE LA
MEMORIA.
DIRECTORA LIC. GLADYS FELIPPONE
CONSIGNAS
Hoy comencé
el taller de Memoria que tanta falta me hace. Realmente me encantó. Un grupo de
gente mayor muy gentiles y con muy buena onda incluida la Directora del Taller
la Licenciada Gladys Felippone
A
continuación voy a escribir mi experiencia porque fue una lección fantástica la
que recibí y porque creo que es algo que, sin duda, nos falta comprender a
todos.
Hoy la
Consigna iba a ser: ESCRIBIR TRES PALABRAS DISTINTAS. DEJAR UN ESPACIO Y
ESCRIBIR OTRAS TRES.
LUEGO TENÍAMOS QUE, UTILIZAR LA PRIMER PALABRA
DEL PRIMER GRUPO COMO TÍTULO Y HACER UN RELATO CON LAS TRES PALABRAS DEL
SEGUNDO GRUPO.
Nos pusimos
a trabajar, previas preguntas a la pobre Gladys porque se hacía difícil
comprender la consigna. Cuando terminamos, cada uno leyó lo que escribió y
surgieron cosas muy bonitas. Hasta aquí todo bien. Pensamos que ya habíamos
terminado pero no, surge una tercera consigna:
DEL PRIMER
GRUPO DE PALABRAS QUEDABAN DOS SIN USAR. DE LAS DOS, LA ÚLTIMA IBA A SER EL
TÍTULO Y CON LA DEL MEDIO SE IBA A ESCRIBIR OTRO RELATO.
¿Me siguen?
Tal vez resulte un poco confuso, por lo que las preguntas fueron esta vez
muchas más que en la segunda consigna pero, la Licenciada, con su santa paciencia,
pudo contenernos a todos y ponernos a escribir. Silencio sepulcral. Todos
concentrados. Al terminar el trabajo, pensamos que ahora los íbamos a leer,
pero no, Gladys nos dio dos preguntas para contestar:
1ª) ¿Pudo
seguir las consignas?
2ª) Entendí
las consignas?
Casi todos
contamos lo que escribimos y como lo escribimos. Solo dos, de entre once
personas hablaron de las consignas y aquí recibí una muy buena lección de la
Directora:
Palabras más
o menos nos recordó que las consignas son importantísimas en la vida de una
persona y sobre todo en un país como este en que las consignas están pero no se
cumplen. Todos escuchábamos con mucha atención y asentíamos con la cabeza, pero
hubo gente que no entendían las palabras de Gladys y se las discutieron hasta
el término del Taller. Evidentemente esta gente no entendía lo que la profe
estaba explicando y en vez de escuchar más atentamente, discutía su verdad, que
no era tal, sin aceptar lo que los demás aceptaban como verdadero. Esta gente
forma parte de nuestra idiosincrasia. La única verdad es la de ellos y la
mantienen contra viento y marea.
Salimos del
Taller cada uno a su casa. Llegué a Rivadavia y tomé un taxi. Por mis
dificultades yo me siento adelante, junto al conductor que venía un poco
nervioso.
-El tránsito
hoy está imposible, comenzó diciendo. Mire señora, mire ese camión estacionado
a doble mano ¿No ve ese cartel que se lo prohíbe? Fíjese en esa señora con ese
niño pequeño de la mano que en vez de cruzar por la senda peatonal, está
cruzando por esta avenida de tanto tránsito en diagonal. Las leyes señora,
siguió diciéndome, están escritas, pero nadie las toma en serio ni hay
controles hasta que pasa una desgracia.
En ese momento me acordé del Taller y de la
palabra “CONSIGNA” y pensé que estamos llenos de consignas que no las practicamos,
que no queremos registrarlas como pasó en el Taller.
El que me
conoce sabe que no creo en casualidades. Parece mentira pero esto me pasó.
Elsa Lorences de Llaneza
No hay comentarios:
Publicar un comentario