LA MUERTE
San
Carlos de Borromeo, siendo Arzobispo, le encargó a un artista que pintara un
cuadro representando a la muerte.
Tiempo después, el pintor, le mostró un boceto donde la había
representado como un esqueleto con una gran guadaña en la mano, aludiendo que :
“La muerte quita la vida a los hombres como la guadaña corta el pasto”
Pero el Santo Obispo le
replicó: “No debes simbolizar a la muerte de este modo. Represéntala como un
ángel con una llave de oro en la mano. La muerte es la puerta que se abre para
que podamos encontrarnos con Dios”.
¡OH! Si todos pudiéramos
entender la muerte de esta manera, habría menos desesperación en los deudos.
Pensar en la nuestra, ya no sería tan pesaroso. No seríamos esclavos de la
vida, porque no le tendríamos miedo. La estaríamos esperando hasta con alegría,
pensando en el momento que podríamos ver el rostro de Dios. Lo que nos asusta
de la muerte, es la incógnita de lo que encontraremos después. El gran misterio
de la muerte es lo que nos asusta. Pero si pudiéramos estar tan seguros como
San Carlos de Borromeo, que es la puerta que se abre para encontrarnos con
Dios, la estaríamos esperando con tranquilidad y con la seguridad de que
nuestros seres queridos, que nos han precedido, están en el mejor lugar: Con
Jesús y María, esperándonos para compartir con nosotros la Gloria del Señor.
Elsa Lorences de Llaneza
Elsa Lorences.
Muy buena reflexión !!!
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