LA APOSTASÍA EN EL CRISTIANISMO
FOROS DE LA VIRGEN MARÍA.
COLABORACIÓN BOSCO ORTEGA
¿LA VIRGEN DE FÁTIMA DEJÓ UN SECRETO?
Quizás
la cosa más importante que está sucediendo en este momento en la iglesia es la
generalización de la apostasía.
O
sea la pérdida de la fe.
Es
un secreto a voces que buena parte de los católicos, quizás una mayoría,
desestima la presencia real de Jesucristo en la hostia consagrada.
Desestiman
la existencia del infierno y del purgatorio.
Y
hasta a veces la vida eterna.
Como si se estuviera construyendo una religión cuyo objetivo
central es mejorar la vida humana en la tierra.
Relegando cualquier elemento sobrenatural.
Basada en las ideas simbólicas de un rabino revisionista que vivió hace
2000 años y fue crucificado.
Esto está a la vista de todos y no necesitamos abundar más
en lo que sucede. El que tiene ojos que vea¿QUÉ ES LO QUE EXPLICA LA APOSTASÍA EN EL CRISTIANISMO?
El cristianismo está en declive en occidente básicamente porque ha perdido de vista el drama de la salvación eterna.
Se ha ido erosionando el temor de perder la salvación
eterna.
Y es aquí entonces cuándo
podemos reflexionar que la pérdida de credibilidad en la
existencia del infierno ha llevado a que muchos cristianos no
hagan esfuerzos de conversión.
Por un lado tenemos que la
creencia en la existencia del infierno es un tema complicado, porque para muchos es difícil imaginar que un alma sea
condenada para siempre.
Y el solo hecho de pensar en que esto puede pasar crea miedo, inseguridad y ansiedad
en algunos.
Al punto que no
quieren hablar del tema.
Y se aferran muchas veces a quienes les abren puertas a
una seguridad ficticia.
Sugiriéndoles que lo que la Iglesia opina sobre la existencia del
infierno y sobre la condenación eterna no es tan así.
O simplemente callando ante
sus temores; sin explicar el fundamento de la doctrina.
Esto entonces se
abre la puerta para que dejen de creer en la totalidad de las
enseñanzas de la Iglesia y empiecen a ser selectivos.
Arman así su menú de cosas en
las que creen y en las que no creen.
Lo que se llama cristianismo de baja intensidad.
Y con el tiempo las
cosas en las que no creen sobre la doctrina van aumentando y se
llega al final a la pérdida total de fe.
Esto no es un invento teórico. Es ni más ni menos lo que
ha sucedido y está sucediendo con las
denominaciones más liberales de los protestantes en Europa.
Que poco a poco dejado de lado creencias básicas del
cristianismo.
Hasta que al final algunas
de ellas han terminado primero negando que Jesús sea el hijo de Dios y luego
dejando de creer en la propia existencia de un Dios.
Por otro lado sienten en los funerales que los pastores dicen siempre
que el fallecido “se ha ido a un lugar mejor”, de modo que no
hay riesgo de ir a un lugar peor que la Tierra.
Y los católicos también han oído decir a teólogos y
sacerdotes que si bien el infierno existe, es
razonable esperar que esté vacío, porque Dios es tan misericordioso que no
enviaría a nadie a allí.
En los hechos esto significa que se entienda que no hay riesgo de caer en el
infierno.
Entonces,
se haya conocido y aceptado o no a Jesús, al final del túnel hay una vida
espléndida.
En segundo lugar la
prosperidad material que ha penetrado en occidente hace difícil
vender la idea de la necesidad de Dios para vivir en la Tierra.
Ya no es tan necesario
aferrarse a Dios en esta vida ni apostar todo a otra vida para
pasarla razonablemente bien.
De modo que ya sea porque se tenga miedo al infierno y no
se quiere hablar de él, o porque se crea que no existe o que está vacío, o
porque no se tenga necesidad de Dios en esta vida, entonces no tiene real sentido hablar sobre el pecado y
del juicio de Dios.
¿Qué sentido tiene ir a misa
donde se repite siempre lo mismo?
¿Qué sentido tiene rememorar
el santo sacrificio de Jesús por nuestra salvación, si nadie
será condenado al infierno?
¿De qué nos salvó realmente
Jesús?
¿Qué sentido tiene confesar los
pecados sin ningún pecado que hagamos nos hará perder la vida
eterna?
Si la
Iglesia no está orientada a salvar almas ante el riesgo del infierno, entonces
simplemente es un club de amigos para compartir buenos momentos.
Y eventualmente para hacer contactos o buscar orientación para
solucionar algunos problemas que se presentan en la vida en la Tierra, pero a
unos pocos.
Si la gente deja de creer en el pecado, y sus
consecuencias ¿porque va creer en el resto
de la doctrina?
De modo que poco a poco esta presunción de que todos seremos salvados
erosiona definitivamente el andamiaje general de la doctrina cristiana
y produce pérdida de la fe tal como la estamos viendo en este momento.
Probablemente la
insistencia que Nuestra Señora de Fátima hizo a los pastorcitos sobre la
existencia del infierno, que incluso los llevó allí a
visitarlo, sea la punta de la madeja para comprender que los mensajes de la
Santísima Virgen nos han prevenido de la apostasía que luego iba a venir.
¿Y cuál es el momento en que
estas cosas tuvieron su eclosión?
Parecería que fue en la
década de 1960 donde coincidieron tres hechos muy
significativos.
Por un
lado la revolución sexual y liberal simbolizada a través del Mayo de París de
1968.
En segundo
lugar el culmen de la influencia Comunista
Soviética en el mundo, a través de la Guerra Fría y la guerra de sunversión
en diversos continentes.
Y por otro
lado el Concilio
Vaticano II qué dio inició en 1962 y culminó en 1965.
Estas cosas marcaron al mundo e influyeron sobre la
Iglesia católica.
Están muy relacionadas,
porque a partir del Concilio Vaticano II las
cosas que sucedían en el mundo empezaron a fluir mucho más intensamente en la
Iglesia y parte del clero tomó una visión marxista, por ejemplo
a través de la Teología de la Liberación.
Ante todo esto hay una cosa que llama la atención.
¿PUEDE SER POSIBLE QUE LA SANTÍSIMA VIRGEN NO NOS HAYA AVISADO?
¿Cómo las principales apariciones de la Santísima Virgen no nos hayan advertido que esto, tan importante iba a pasar dentro de la Iglesia y a la fe?¿O sí lo hizo?
Posiblemente
la Santísima Virgen si nos advirtió y en la principal aparición moderna qué fue
la de Fátima.
Allí Nuestra Señora dio tres secretos.
El último casualmente debería
haber sido revelado precisamente en 1960.
Pero Juan XXIII no lo hizo y
ningún otro Papa lo hizo hasta el año 2000.
En el pontificado de Juan Pablo II se publicó el
tercer secreto de Fátima.
Pero llamativamente el texto no habla directamente de gran tema de
la iglesia hoy, que es la apostasía.
¿O si habló?
Hoy todavía hay una la polémica sobre la existencia de un texto oculto
del tercer secreto que nunca se publicó o de un cuarto secreto.
Y
llamativamente, el contenido de no revelado hablaría precisamente de esta
apostasía.
Recientemente Maicke
Hickson hace referencia a un artículo sobre la muerte
del cardenal Silvio Oddi (en el año 2001) en el periódico The
Telegraph.
El diario hace mención de
una entrevista al cardenal Oddi publicada en 1990,
sobre su relación con el papa Juan XXIII.
Él dice que a principios
de la década de 1960, cuando actuaba como secretario de Juan XXIII, le dijo “santo padre hay una cosa por la cual no puedo
perdonarle”.
Y el Papa le preguntó que
era, respondiendo Oddi “que no haya revelado el
tercer secreto de Fátima”.
El Papa le respondió “no hablemos de eso, te dije que no lo
mencionaras”.
La interpretación del cardenal Oddi
de esa contestación de Juan XXIII es que:
“De la actitud que el Papa
Juan mostró durante nuestra conversación, deduje, pero es solo una hipótesis,
que el Secreto podría contener
una parte que podría tener un tono bastante desagradable.
Juan XXIII había convocado al
Concilio con la intención precisa de dirigir las fuerzas de la Iglesia hacia la
solución de los problemas que preocupan a toda la humanidad, comenzando desde
adentro.
Es decir, tenía la intención de que el trabajo comenzara
con la perfección evangélica perseguida por las personas consagradas…
Pero todos sabemos que, a pesar de los grandes méritos del Concilio,
muchas cosas tristes también han tenido lugar.
Estas cosas tristes no se
deben al Concilio, pero se
llevaron a cabo junto con el Concilio.
Estoy pensando, por ejemplo,
en el número de sacerdotes
que abandonaron el sacerdocio: se dice que ha habido 80,000.”
El cardenal Silvio Oddi,
que sirvió a 6 papas como diplomático y luego como Prefecto de la Congregación
para el Clero, no creía que el tercer
secreto se tratara de los acontecimientos de Rusia y la Perestroika
como se ha dicho popularmente.
Y lo dice de esta manera
“Creo que conocí a Juan XXIII
bastante bien, ya que pasé varios años a su lado cuando estaba en la nunciatura
de París.
Si el Secreto se hubiera
referido a realidades que consuelan a la Iglesia como la conversión de Rusia o el renacimiento
religioso de Europa del Este, creo que habría ejercido presión para hacer público el
Secreto.
Por temperamento, no dudó en
comunicar cosas alegres
(se ha revelado que el Cardenal Roncalli en una serie de cartas a amigos
prácticamente anunció su elección al papado).
Pero cuando le pregunté
durante una audiencia por qué en 1960, cuando la obligación de guardar el
secreto había llegado a su fin, no había hecho pública la última parte del
mensaje de Fátima, respondió con un suspiro de cansancio. Luego dijo: ‘No traigan ese tema conmigo, por favor…’”
Y abunda en su teoría sobre el tercer secreto de Fátima
de la siguiente forma:
“¿Qué sucedió en 1960 que se pudo haber visto en relación con el
Secreto de Fátima?
El evento más importante es
sin duda el lanzamiento de la fase preparatoria del Concilio Vaticano II.
Por lo tanto, no me
sorprendería si el Secreto tuviera algo que ver con la convocación del Vaticano
II…”.
Y todavía avanza más
diciendo:
“No me sorprendería si el
Tercer Secreto aludiera a tiempos oscuros para la Iglesia: graves confusiones y
apostasías problemáticas dentro del catolicismo mismo…
Si consideramos la grave
crisis que hemos vivido desde el Concilio, las señales de que esta profecía ha sido
cumplida no parecen faltar”.
Esto se entronca también
con una entrevista que le hizo The
Catholic World Report el historiador Kevin Symmons sobre el tercer secreto
refiriéndose a una carta que Sor Lucía
escribió al papa Pablo VI en 1944.
Symmons dice
“En su carta, Sor Lucía habló sobre una “revuelta
diabólica” que estaba siendo “promovida por los poderes de las tinieblas” con
“errores” cometidos contra Dios, su Iglesia, sus doctrinas y dogmas.
Ella dijo que la Iglesia
atravesaba una “agonía en Getsemaní” y que había una “desorientación mundial que martirizaba a
la Iglesia””.
Agrega aún más:
“La discusión de la Hna. Lucía sobre la “agonía de la
Iglesia en Getsemaní” y su martirio por una “desorientación mundial” parecía
similar a la tercera parte del secreto, que describe un martirio global de la
Iglesia mientras hace su camino hacia una cruz.
¿Qué causa este martirio?
En la segunda parte del
secreto, Nuestra Señora advirtió acerca de la propagación de los “errores” de
Rusia.
Esos errores causaron
exactamente lo que Nuestra Señora predijo: guerras, persecuciones de
la Iglesia y sufrimiento para el Santo Padre que fueron provocados por el
Comunismo y su haciendo ascender el ateísmo a través de la revolución.
En junio de 1958, Sor Lucía
le escribió al Papa Pío XII y le dijo que el comunismo alcanzaría su apogeo en la década
de 1960.
Los errores del Comunismo
hicieron infectar al mundo, llevando a la gente a rebelarse contra Dios y todo
lo que es santo”.
Esto nos lleva a las evidencias presentadas por el periodista
Antonio Socci en su libro El
cuarto secreto de Fátima.
La posición de Antonio
Socci es que en la revelación vaticana del
año 2000 faltó una parte del tercer secreto.
O más seguramente hay una
parte que era un anexo al tercer secreto, entregado por Sor Lucía, que él llama cuarto secreto.
CÓMO SURGIÓ LA HIPÓTESIS DE UN CUARTO SECRETO
Socci escribe en la introducción de su libro que fue movido a la duda por un artículo del periodista italiano Vittorio Messori a propósito de la muerte de Sor Lucia.Allí Messori hablaba de los numerosos escritos y “Cartas a los papas” que Sor Lucía habría dejado en su celda.
Messori aludía a la revelación vaticana del Tercer Secreto del 26 de junio de 2000 diciendo:
“Que en lugar de resolver el misterio, ha abierto otros: en lo referido a sus interpretaciones, sus contenidos y sobre la integridad del texto revelado”.
Esto desató una vorágine de preguntas en la mente de Socci.
¿Por qué insinuaría un hombre como Messori, “un gran periodista, extremadamente preciso… el columnista católico más traducido en todo el mundo”, una sospecha tal sobre el Vaticano?
¿Cómo podría una persona como Messori, tan cercana al ambiente del Vaticano, estar persuadido que la versión oficial del Tercer Secreto no es convincente?
Esto era especialmente incomprensible porque cinco años antes, cuando la publicación de la Visión del Secreto, Messori no expresó reserva alguna sobre lo que el Vaticano había dicho.
Ahora parece tener dudas. Ahora parece tener cuestionamientos que formular.
Socci respondió tomando parte en una amable disputa con Messori defendiendo la posición del Vaticano.
Pero luego, dice Socci,
“Fui golpeado por un artículo escrito por un joven autor católico, Solideo Paolini”.
Que fue publicado en una revista tradicionalista, la cual participó del debate entre Socci y Messori.
Paolini, dice Socci,
“Proponía una lista de argumentos contra la versión oficial del Vaticano (que era la mía también, en ese momento)”.
Él argumentaba que el Vaticano estaba reteniendo la parte principal del Tercer Secreto “debido a su contenido explosivo”.
Paolini había investigado el tema de Fátima intensamente, y había escrito un libro sobre el Tercer Secreto, “Fátima: no despreciéis las Profecías”, que fue publicado en Italia.Para su propia sorpresa, Socci encontró los argumentos de Paolini dignos de consideración.
Socci expresa que fue un error que la Curia y los medios ignorasen el desafío de los católicos tradicionalistas que sostenían que el Tercer Secreto no había sido revelado en su totalidad.
“Por ejemplo, en el libro editado por el padre Paul Kramer [La Batalla Final del Diablo] que reunía los trabajos y artículos de varios autores, hay una denuncia de que el Vaticano no ha cumplido con los pedidos de Nuestra Señora de Fátima.
Y se afirma que ‘el precio de la indecisión del Vaticano bien puede ser extremadamente alto y que será pagado por toda la humanidad’”.
En síntesis, Socci reconocía que había muchas preguntas sin respuestas, muchos puntos enigmáticos en torno al Secreto.Y en su libro menciona muchas pruebas.
HABLAN
LOS EXPERTOS
El fallecido padre Joaquín
Alonso (+1981), quien por
dieciséis años fue el archivista oficial de Fátima, y que había tenido
numerosas entrevistas con la Sor Lucía, testifica lo siguiente:
“Por lo tanto es
completamente probable que el texto haga referencias concretas a la crisis de
fe dentro de la Iglesia y a la negligencia de los pastores mismos [y a las]
luchas internas en el seno de la Iglesia y a una grave negligencia pastoral de
la alta jerarquía…
En el período precedente al gran triunfo del Inmaculado
Corazón de María han de suceder cosas terribles. Esto es lo que forma parte del Secreto.
¿Cuáles son?
Si en ‘Portugal se preservara
siempre el dogma de la Fe’… puede claramente deducirse que en otras partes de
la Iglesia estos dogmas se oscurecerán o inclusive se perderán totalmente…
¿Acaso el texto no publicado
habla de circunstancias concretas?
Es muy posible que hable no
solo de una crisis en la fe en la Iglesia durante el período precedente, sino
que como en el caso del Secreto de La Salette, por ejemplo, haya referencias más concretas a las luchas internas
de los católicos o a la caída de los sacerdotes y la religión.
Quizás inclusive se refiera a
las defecciones de la alta jerarquía de la Iglesia. Puesto que ese asunto no es para nada extraño
a otras comunicaciones que Sor Lucía ha recibido en este tema.”
Mons. Amaral, tercer obispo
de Fátima, dijo lo siguiente
sobre el Secreto en una conferencia en Viena, Austria, el 10 de septiembre de
1984:
“Su contenido concierne a la fe. Identificar el [Tercer] Secreto con anuncios
catastróficos o con un holocausto nuclear es deformar el sentido del mensaje.
La pérdida de la fe de un continente es peor que la aniquilación
de una nación; y es verdad que la fe está continuamente disminuyendo en
Europa.”
Está luego la cita famosa
del Cardenal Luigi Ciappi, teólogo
personal de cuatro papas, incluyendo a Juan Pablo II:
“En el Tercer Secreto se
anticipa, entre otras cosas, que la gran apostasía en la Iglesia comienza por
lo más alto”.
EL SEGUNDO TEXTO O CUARTO SECRETO
Los católicos también tienen buenas razones para sospechar la existencia de un segundo texto por la evidencia que presenta Mons. Venancio en Fátima.En 1957, cuando el Santo Oficio del Cardenal Ottaviani solicitó al obispo de Fátima se enviara el Secreto al Vaticano, el obispo de Fátima, Mons. da Silva confió la tarea a su obispo auxiliar, Mons. Venancio.
En determinado momento, cuando Mons. Venancio estuvo solo con el Secreto, miró el sobre al trasluz.
Pudo reconocer dentro del sobre grande del obispo otro más pequeño, de Sor Lucía.
Y dentro de este sobre había una hoja de papel común con márgenes en sus cuatro costados de unos tres cuartos de centímetro.
Mons. Venancio se tomó el trabajo de anotar el tamaño de todo.
Es Mons. Venancio quien nos revela que el Secreto final estaba escrito en una pequeña hoja de papel en la que había unas 25 a 30 líneas.
Sin embargo el Tercer Secreto del Vaticano, revelado el 26 de junio estaba escrito por la Sor Lucía en cuatro hojas de papel que contienen 62 líneas de texto.
“AUNQUE
YO SUPIERA MÁS SOBRE ESTO…”
El Arzobispo Capovilla
admitió la existencia de dos textos.
Paolini le entregó
generosamente a Socci todos los descubrimientos sobre el Secreto provenientes
del ex secretario de Juan XXIII, Arzobispo Loris Francesco Capovilla.
Solideo Pasolini visitó a
Capovilla el 5 de julio de 2006 en la casa que el Arzobispo tiene en Sotto il
Monta.
“Dado que Ud. es una fuente
de información de primer nivel”, le
dijo Paolini, “me gustaría preguntarle algunas
cosas”, particularmente sobre el
Tercer Secreto.
El Arzobispo Capovilla
respondió inicialmente:
“Aunque yo supiera más sobre
esto, debemos atenernos a lo que se ha dicho en documentos oficiales”.
Esto es considerado por
Paolini como una pista del Arzobispo insinuando, “Si,
yo sé más sobre esto pero no hablo”.
El Arzobispo luego de la
conversación sonrió y dijo: “Por favor, escríbame sus preguntas y yo las responderé”.
Dijo que buscaría entre
sus papeles, si es que todavía conservaba alguno.
Tres días más tarde, Paolini remitió por correo electrónico una lista de
preguntas al Arzobispo Capovilla.
El 18 de julio Paolini
recibió un paquete de su parte en el que estaban las respuestas y
algunos papeles de sus archivos.
Y Paolini encontró una bomba de tiempo en los
documentos.
“Comparando el folleto
publicado por el Vaticano con los documentos de los archivos enviados por el
secretario de Juan XXIII”, afirma
Paolini, “aparece inmediatamente una contradicción muy
significativa en las ‘notas reservadas’ a los ojos del investigador.
Con el sello de autenticidad
bien impreso sobre el papel queda certificado que el Papa Paulo VI leyó el Secreto la tarde del
27 de junio de 1963,
mientras que el documento oficial del Vaticano afirma que ‘Paulo VI leyó el contenido el 27 de marzo de
1965 y envió el sobre a los
archivos del Santo Oficio, después de decidir que no se publicaría el texto’”
Tenemos pue, una
discrepancia de fechas.
Los
documentos oficiales de Capovilla dicen que Paulo VI leyó el secreto el 27 de
junio de 1963, mientras que el documento del Vaticano del 26 de junio de 2000
afirma que el mismo papa leyó el Secreto el 27 de marzo de 1965.
Paolini telefoneó
inmediatamente al Arzobispo Capovilla para pedir una explicación de esta contradicción de
fechas.
Capovilla, un poco evasivo
al principio, respondió con frases como “no estamos hablando de las
Escrituras”.
A lo cual Paolini
respondió inmediatamente,
“Si, Excelencia, pero mi
referencia es un texto oficial escrito (el documento oficial del Vaticano),
¡que es claro y se basa en otro documento de archivo!”.
Mons. Capovilla respondió,
“Bien, puede ser que el
paquete Bertone [documento del 26 de junio] no sea el mismo que el paquete
Capovilla…”
En este punto brilló una
luz en la mente de Paolini y aventuró la pregunta del millón:
“¿Entonces ambas fechas son
correctas porque hay dos textos del Tercer Secreto?”
Después de una breve
pausa, el Arzobispo Capovila respondió
“¡Eso es exactamente!”.
¿COMO
PUDO HABER OCURRIDO?
Socci plantea una hipótesis de lo que puede haber pasado en el
2000 tras los muros vaticanos.
Afirma que
Juan Pablo II y el Cardenal Ratzinger querían revelar el Tercer Secreto en su
totalidad, pero que el Cardenal Sodano, por entonces Secretario de Estado, se
opuso a la idea.
La oposición del
Secretario de Estado significa una presión formidable.
Se llegó pues a una solución
de compromiso.
La visión del “Obispo vestido
de blanco” que está reproducida
en las cuatro páginas escritas por la Hermana Lucía sería revelada inicialmente
por el Cardenal Sodano, en conjunto con la interpretación de que el Secreto no es nada más que una predicción del intento
de asesinato del Papa Juan Pablo II en 1981.
Al mismo tiempo, el 13 de
mayo de 2000, durante la ceremonia de beatificación de Jacinta y Francisco, el
Papa Juan Pablo II “revelaría” la otra parte, la
“terrorífica”, del Tercer Secreto oblicuamente, en su sermón.
Es por eso que Juan Pablo II habló en su sermón del
Apocalipsis:
“Otro portento apareció en el
Cielo; un gran dragón” (Ap. 12, 3). Estas palabras tomadas de la primera
lectura de la Misa nos hacen pensar sobre una gran batalla entre el bien y el mal,
mostrándonos como, cuando el hombre deja de lado a Dios, no puede alcanzar la felicidad, sino que
termina destruyéndose a sí mismo…
El mensaje de Fátima es una
llamada a la conversión, una alerta a la humanidad para que no tenga relación
alguna con el “dragón”, cuya “cola barrió un tercio de las estrellas del Cielo,
y las precipitó a la tierra”.
(Ap. 12:4).
Los Padres
de la Iglesia han interpretado siempre a “las estrellas del cielo” como el
clero, y las estrellas barridas por la cola del dragón indican un gran número
de miembros del clero que caen bajo la influencia del Demonio.
Este habría sido el modo
en que Juan Pablo explicó que el Tercer Secreto también predice una gran apostasía.
Fue una revelación implícita del
secreto.
Así, el Vaticano y el Papa
mismo, no podrían ser acusados de mentir ante la
pregunta directa:
“¿Se ha revelado
completamente el Tercer Secreto”?
Respuesta: “Si, ha sido completamente revelado”.
Algunos podrán juzgar esta
hipótesis traída de los pelos.
Pero hay otras
revelaciones que hace Socci.
Tenemos el testimonio de Mons. Williamson, de la FSSPX
que relata que un sacerdote austríaco de su amistad le dijo que el Cardenal Ratzinger le había confiado
(al sacerdote austríaco) que tenía dos pesos en su conciencia.
Uno era el mal manejo del
Mensaje de Fátima del 26 de junio, el otro el problema con Mons. Lefebvre en
1988.
“Me equivoqué”, habría dicho con respecto
a Mons. Lefebvre. “Me
torcieron la mano”, respecto a Fátima.
La hipótesis de Socci es
coherente con la confesión atribuida al Cardenal Ratzinger de haberse dejado “torcer la mano”.
El libro de Socci contiene
muchos otros puntos demasiado numerosos como para enumerar aquí.
Por
ejemplo Socci dice que la parte no publicada del texto del Secreto muy
probablemente contenga advertencias sobre catástrofes naturales inmensas.
Fuentes:
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