Raquel Olay de Leanza
1º Premio
Primer Certamen Nacional de Poesía “Padre Hernán Pérez Etchepare ssp”
AQUÍ ESTOY
Después de recorrer mi camino, aquí estoy,
revisando algunas cosas del largo tiempo vivido,
hubo días luminosos que alegraron mis sentidos
y algunos nubarrones que poco a poco se han ido.
Coseché hermosas flores y también algún espino
las malezas y tormentas las dejé en el olvido,
escuché armoniosas voces acariciando mis oídos
y algunas notas disonantes que ni siquiera registro.
Aprendí a liberarme de lo superfluo y nocivo,
y guardo celosamente lo esencial y lo divino,
Tengo por Madre en el cielo la ternura de María,
la Madre del buen Jesús que me cuida cada día.
Conservé muchos afectos de familiares y amigos,
ese tesoro valioso es el amor de mi gente,
los que comparten mi fe, los que siento muy presentes,
los que siempre están conmigo.
Tengo un recuerdo muy vivo de los que amé y han partido,
y me esperan junto al Padre al final de mi camino.
Tengo por guía a la Iglesia que siendo Madre y Maestra
las enseñanzas de Cristo son su misión y propuesta.
¿Qué más puedo pedir? Solo decirle al Señor
que cuide mucho a los míos, los consuele y anime
como lo hace conmigo.
Que lo amé inmensamente este tiempo que he vivido
y me siento bendecida por tanto amor compartido.
1º Premio
Primer Certamen Nacional de Poesía “Padre Hernán Pérez Etchepare ssp”
AQUÍ ESTOY
Después de recorrer mi camino, aquí estoy,
revisando algunas cosas del largo tiempo vivido,
hubo días luminosos que alegraron mis sentidos
y algunos nubarrones que poco a poco se han ido.
Coseché hermosas flores y también algún espino
las malezas y tormentas las dejé en el olvido,
escuché armoniosas voces acariciando mis oídos
y algunas notas disonantes que ni siquiera registro.
Aprendí a liberarme de lo superfluo y nocivo,
y guardo celosamente lo esencial y lo divino,
Tengo por Madre en el cielo la ternura de María,
la Madre del buen Jesús que me cuida cada día.
Conservé muchos afectos de familiares y amigos,
ese tesoro valioso es el amor de mi gente,
los que comparten mi fe, los que siento muy presentes,
los que siempre están conmigo.
Tengo un recuerdo muy vivo de los que amé y han partido,
y me esperan junto al Padre al final de mi camino.
Tengo por guía a la Iglesia que siendo Madre y Maestra
las enseñanzas de Cristo son su misión y propuesta.
¿Qué más puedo pedir? Solo decirle al Señor
que cuide mucho a los míos, los consuele y anime
como lo hace conmigo.
Que lo amé inmensamente este tiempo que he vivido
y me siento bendecida por tanto amor compartido.
Raquel Olay de Leanza
Felicitaciones Raquel. Lo tenés muy bien ganado. Gracias Lucrecia Casemajor por enviánoslo. Bendiciones a ambas.
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