HOY
Te
encontró, la calle, vestida de negro,
cabellos
rojizos, los ojos opacos,
y
surcos salinos en tu piel de arena,
¡aridez
desierta!…
de tus soledades.
Retornan,
los vientos, aromas añejos…
¡No
dejes , amiga, que el rey de la astucia
te
atrape hábilmente en virulentas redes!
Quiere
que sucumbas y sorber tu savia;
busca
convencerte de que eres intangible,
que
tus años pasan y a nadie le importas;
que
no vales la pena y no sirves más…
Llena
tu cabeza de agudos delirios
y
te envía a la calle, vestida de negro,
aunque
lleve, tu falda, gama de matices.
¡No
le creas , hermana! , porque aun tu silencio
o
la modestia de tu compañía endeble,
son imprescindibles para quienes padecen
múltiples
dolencias por falta de amor…
¡Hoy!… hoy tu tristeza, dispersó la
mía
y
fuimos cauces de la Misericordia
que
sale a buscarnos a través del otro…
Enjuguemos
lágrimas, que no estamos solas,
que
Jesús nos llama por el nombre propio,
que
Jesús nos ama así como somos…
En
fraterno hallazgo, despleguemos velas,
para
reparar fuerzas y partir el pan.
Admiremos
el vuelo de la mariposa,
que
siendo una oruga, crisálida luego,
rompió
el habitáculo y liberó sus alas…
Quizás,
nosotras, pesebres vacíos;
o
ramas, que secas, son poquita cosa,
podamos,
juntas, atizar la fogata
y
ser un albergue para los demás…
¡Sondeemos,
entonces, tibias esperanzas
abrazando
cuestas de optimismo y paz !
Sólo
unidos moveremos las montañas
e
iluminaremos la senda hacia la Vida
con
la alegría del que flanqueado avanza,
ataviado
de luz, imbuido de pobreza…
¡De
a dos, compartiendo la exigencia
y
el gozo de las bienaventuranzas!
n.v.f.
Mil gracias Nelly Esther Vichich. Hermoso tu poema.
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