Dejé de temer al tiempo
que apresurado me atrapa
porque
en un bolsillo del alma
encontré su tibia mirada.
Cambié la soledad y el dolor
por una lluvia de amor.
Desperté de nuevo al encanto
hoy Dios guía mis pasos.
María del Carmen González
Gracias María del Carmen. Se lo mucho que te costó este poema. Que Él te bendiga y proteja
FOTÓGRAFA: Damna Pérez Madrid - España
Hermoso y sencillo poema!... A veces con poco se dice mucho.
ResponderEliminarMarga