DÍA DE DOMINGO
Fue
un domingo soleado y cálido de verano cuando saliendo de la iglesia con
esa serena alegría que siempre me recorre entera acariciando ese
lugarcito interno que cuido como una joya diamantina, fue que la vi.
Si
lo recuerdo
bien ,fue esa mañana luminosa en la que el aire le arrebataba a las
flores su perfume cuando Jacinta atravesaba lentamente el pórtico de la
vieja iglesia del pueblo entre el bullicio de los niños que salían junto
a sus padres.
Sentada en sus escalinatas blancas apretaba junto a su pecho un pequeño rosario de
madera,su mirada parecía alejarla del lugar.
No
recuerdo haberla visto dentro del templo,quizás nuestras almas
arrulladas por la presencia divina que nos habitaba no pudo
encontrarnos.
Me acerque en silencio evitando distraerla de sus pensamientos,al
percibir mi llegada sus bellos ojos se iluminaron y una sonrisa mas angelical que humana me envolvió.
Nuestro abrazo fue cálido, amoroso,su susurro junto a mi oído me apretó de emoción el corazón:
-Llegué a buscarlo sedienta de amor, lo llevo conmigo...
Una
lágrima quedó atrapada en mi blusa blanca,solo mi beso tembloroso y
emocionado ocupó el espacio del silencio que nos invadía.
Nos miramos con ternura y acercándonos a la entrada de ese lugar santo y amado,como en una sola voz exclamamos:
-Volveremos a buscarte, espéranos!
Nos sentimos felices y embriagadas de su amor,nos reímos plenas,enamoradas.
Tomadas
de la mano como dos adolescentes y disfrutando el aroma de los jazmines
que rodean la ermita de la virgen,salimos al camino de piedra que lleva
al pueblo.
Nos pareció que la virgen
sonreía,quizás nuestra alegría...tal vez el Amor....
La besamos con la mirada y seguimos nuestro camino...
El sol y una suave brisa nos sorprendió jugueteando en nuestro rostro esa mañana de domingo.
Inés Gallardo Grau
Foto de la Iglesia de Schoenstatt de la Provincia de Bs. As.
Fotógrafa: Inés Gallardo Grau
No hay comentarios:
Publicar un comentario