Palabras que nos recuerdan el milagro de Fatima
Mensaje del 25 de julio de 2017
“Queridos hijos! Sean oración y reflejo del amor de
Dios para todos los que están lejos de Dios y de los Mandamientos de
Dios. Hijitos, sean fieles y decididos en la conversión y trabajen en sí
mismos a fin de que la santidad de la vida pueda hacerse verdad para
ustedes. Exhórtense al bien a través de la oración para que su vida en
la Tierra sea más agradable. Gracias por haber respondido a mi llamado.”
Mensaje del 2 de julio de 2017
“Queridos hijos, os doy las gracias porque
respondéis a mis llamadas y porque os reunís en torno a mí, vuestra
Madre Celestial. Sé que pensáis en mí con amor y esperanza, y yo también
siento amor hacia todos vosotros, como también lo siente mi amadísimo
Hijo que, en Su Amor Misericordioso, siempre y de nuevo me envía a
vosotros. Él, que se hizo hombre, que era y es Dios, Uno y Trino; Él,
que por vuestra causa ha sufrido en el Cuerpo y en el Alma. Él, que se
ha hecho Pan para nutrir vuestras almas, y así salvarlas. Hijos míos, os
enseño cómo ser dignos de Su Amor, a dirigir a Él vuestros
pensamientos, a vivir a mi Hijo. Apóstoles de mi amor, os envuelvo con
mi manto porque, como Madre, deseo protegeros. Os pido: orad por todo el
mundo. Mi Corazón sufre, los pecados se multiplican, son muy numerosos.
Pero con vuestra ayuda, que sois humildes, modestos, llenos de amor,
ocultos y santos, mi Corazón triunfará. Amad a mi Hijo por encima de
todo y a todo el mundo por medio de Él. No olvidéis nunca que cada
hermano vuestro lleva en sí algo precioso: el alma. Por eso, hijos míos,
amad a todos aquellos que no conocen a mi Hijo, para que, por medio de
la oración y del amor que proviene de esta, puedan ser mejores; para que
la bondad en ellos pueda vencer, para que las almas se salven y tengan
vida eterna. Apóstoles míos, hijos míos, mi Hijo os ha dicho que os
améis los unos a los otros. Que esto esté escrito en vuestros corazones y
con la oración procurad vivir este amor. ¡Os doy las gracias! ”
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Hace
ya 100 años desde que la Virgen se apareció en Fatima. La misma Madre
de Dios que desde Medjugorje nos sigue hablando cada mes, mientras Dios
se lo permita.
En
este mensaje, Ella menciona la promesa de que Su Inmaculado Corazón
triunfará, lo que es la gran promesa de Fatima. De este modo, Maria nos
trae al centro de la escena de la historia de la humanidad: un final
donde el amor de María será el vehiculo elegido por Dios para culminar
la victoria sobre el mal.
En estos mensajes Ella claramente habla de la degradación moral, el pecado, que avanza sobre el mundo.
Leamos y meditemos sus palabras, y hagamos caso a su pedido.
¡Oremos!
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