viernes, 29 de enero de 2016

POEMA: Eduardo Martínez Zendejas. (México) ALZHEIMER


ALZHEIMER

El oscuro rincón de esa casona aloja mustio, con fatal pereza,
la figura encorvada de aquel hombre, que en otros tiempos emanó grandeza.
El se alejó del mundo sin pensarlo, hacia las sombras caminó en silencio,
muy lentamente se perdió en el limbo de aquellos que en la vida chocan,
 con este fatal engendro.

Tan poco a poco él fue perdiendo todo, fueron primero los recuerdos viejos,
ya después el gentil, perdió los tiempos que vive el hombre en toda su realeza,
pasado el tiempo se ha seguido hundiendo en la agonía de ya no ser dueño,
de su alegría, su dolor, su sueño; y hasta del porte, que fue de nobleza.

Son siete décadas que ya han transcurrido, y en estos días se le encuentra oculto
tras de los muros de un recinto oscuro, cruel manicomio pleno de tristeza;
y no, no ha de pesarnos el terrible daño, pues este camina con amnesia santa;
no se da cuenta el deterioro amargo que ya ha sufrido, y a la vida aun canta.

Perdido medra viviendo por día, tan instintivo que provoca el llanto,
para el no hay normas, dolor o quebranto, cuando hace tiempo le importaban tanto,
hoy se revuelve en manos del olvido, los que ha criado han perdido el cargo,
y lo han dejado a morir perdido sin la caricia, en deterioro amargo.

Largo es el tiempo que a los viejos toca, vivo es el tiempo del que joven marcha,
la mente vieja pronto será loca cubierta siempre, entre hilos de plata
que adornan nobles de la sien y el rizo, y nos distinguen sin lugar a error
del cuerpo joven, tan lleno de encanto, y de energía en mágico furor.
El viejo estorba en este tiempo nuevo, no como antaño en que los viejos eran
la paz del alma del corazón joven, y de su prole, cabeza y razón,
a ti hombre joven obsequio esta carta y la experiencia de mi profesión,
¡Nunca abandones en rincón oscuro! Al ser que un día, su vida te dio.

Usa el silencio y medita un poco, ¿Y cuánto te falta?
para con razón llegar al mundo que los viejos tocan,
mañana acaso será la ocasión para otra carta,
remitente ajeno, y tal vez acaso con otra reflexión.

Y actuando el drama camina sereno, cuando la vida
en sus giros locos, te de la trama de tu destrucción,
ahora tú arriba observando el drama y ellos abajo,
en la depresión, que habría de herirlos si estuvieran cuerdos;
y te observaran en la condición del abandono que a él le has impuesto,
¡RECAPACITA, FUTURO SEÑOR!

EDUARDO MARTÍNEZ ZENDEJAS
MÉXICO

Triste muy triste Eduardo pero....¡TAN REAL!!! Mil gracias.

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