ALZHEIMER
El oscuro rincón
de esa casona aloja mustio, con fatal pereza,
la figura
encorvada de aquel hombre, que en otros tiempos emanó grandeza.
El se alejó del
mundo sin pensarlo, hacia las sombras caminó en silencio,
muy lentamente se
perdió en el limbo de aquellos que en la vida chocan,
con este fatal engendro.
Tan poco a poco él
fue perdiendo todo, fueron primero los recuerdos viejos,
ya después el
gentil, perdió los tiempos que vive el hombre en toda su realeza,
pasado el tiempo
se ha seguido hundiendo en la agonía de ya no ser dueño,
de su alegría, su
dolor, su sueño; y hasta del porte, que fue de nobleza.
Son siete décadas que
ya han transcurrido, y en estos días se le encuentra oculto
tras de los muros
de un recinto oscuro, cruel manicomio pleno de tristeza;
y no, no ha de
pesarnos el terrible daño, pues este camina con amnesia santa;
no se da cuenta el
deterioro amargo que ya ha sufrido, y a la vida aun canta.
Perdido medra
viviendo por día, tan instintivo que provoca el llanto,
para el no hay
normas, dolor o quebranto, cuando hace tiempo le importaban tanto,
hoy se revuelve en
manos del olvido, los que ha criado han perdido el cargo,
y lo han dejado a
morir perdido sin la caricia, en deterioro amargo.
Largo es el tiempo
que a los viejos toca, vivo es el tiempo del que joven marcha,
la mente vieja
pronto será loca cubierta siempre, entre hilos de plata
que adornan nobles
de la sien y el rizo, y nos distinguen sin lugar a error
del cuerpo joven,
tan lleno de encanto, y de energía en mágico furor.
El viejo estorba
en este tiempo nuevo, no como antaño en que los viejos eran
a ti hombre joven
obsequio esta carta y la experiencia de mi profesión,
¡Nunca abandones
en rincón oscuro! Al ser que un día, su vida te dio.
Usa el silencio y
medita un poco, ¿Y cuánto te falta?
para con razón
llegar al mundo que los viejos tocan,
mañana acaso será
la ocasión para otra carta,
remitente ajeno, y
tal vez acaso con otra reflexión.
Y actuando el
drama camina sereno, cuando la vida
en sus giros locos,
te de la trama de tu destrucción,
ahora tú arriba
observando el drama y ellos abajo,
en la depresión,
que habría de herirlos si estuvieran cuerdos;
y te observaran en
la condición del abandono que a él le has impuesto,
¡RECAPACITA,
FUTURO SEÑOR!
EDUARDO MARTÍNEZ ZENDEJAS
MÉXICO
Triste muy triste Eduardo pero....¡TAN REAL!!! Mil gracias.
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