La tarde se envuelve de misterio cobijando
entre sus sombras,
dos figuras que a lo lejos cantan al
amor, a solas.
Un farol y un árbol viejo, ese muy
antiguo banco,
la rosa que adorna el jardín y un
pájaro solitario,
son la corte que atestigua que el
amor, está reinando.
Los días que van pasando, los años,
van caminando,
los testigos son los mismos, y
sentados en el banco
ahora están dos ancianos, que tomados
de la mano
saludan al árbol viejo y al pájaro
solitario;
la rosa sigue adornando los jardines
de su encanto.
Y el farol llena de brillo sus ojitos
ya cansados,
y el amor, compañía eterna, en el
corazón del hombre
por siempre, será reinando
Eduardo Martínez Zendejas (México)
Hermoso Eduardo. Buena inspiración.
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