martes, 2 de julio de 2013

COMPARTIENDO, Hno. Fredy Tobar ¿Por qué no creer en la Juventud?


¿POR QUÉ NO CREER EN LA JUVENTUD?


El papa Francisco tendrá la oportunidad de abrir su primera Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) 2013, y esperamos que su presencia traiga un aire fresco y motivador para la fe de los jóvenes, como también de satisfacción para todos los que trabajarán en la coordinación y la organización del evento. Con el lema: "Vayan y hagan que todos los pueblos sean mis discípulos", la JMJ en Río de Janeiro recibirá, desde el 23 hasta el 28 de julio, a los jóvenes de todo el mundo. Sin duda, un momento importante en el itinerario de la vida de la Iglesia y, en especial, de los jóvenes. Principalmente, aquellos que, en reiteradas ocasiones, han sido postergados, desvalorizados y de cuyo “compromiso”, con la vida y la fe, se ha dudado.
 
A menudo, escuchamos ese descontento de los adultos con respecto de los jóvenes. Quizá esta crítica surja de una mirada muy subjetiva, pero como en todo orden de cosas, puede haber una visión más positiva. En una sociedad como la nuestra, la vida es complicada también para ellos, pues no se les presenta fácil. Tempranamente, experimentan situaciones de fracaso, soledad, miedos, desilusiones y dificultades para adaptarse al mundo de los adultos.
 
En una entrevista le preguntaron al cardenal Martini: ”¿Cómo adquirió confianza en los jóvenes? ‘En esos encuentros personales, era yo el que buscaba ayuda y el que aprendía, surgió un puente entre ellos y yo, ese puente era la confianza, me dejé enseñar por la juventud… Los jóvenes son sujetos, con los que buscamos una relación de igual a igual y no desde una postura de superioridad. Son Iglesia; y, por lo tanto, pueden coincidir o no con el pensamiento y las prescripciones de la Iglesia’”.
 

Seguramente que lidiar con este principio pastoral de la confianza, que nos propone Martini, no es fácil para los más asiduos a las normas. No obstante, el camino que nos toca transitar para ser creíbles es, precisamente, el de restablecer la credibilidad en todos los niveles de nuestra Iglesia. Ojalá que la Jornada Mundial de la Juventud, en Río de Janeiro, sea una inyección anímica para muchos jóvenes que buscan con sinceridad a Cristo. Nadie puede conquistar mejor a los jóvenes como otros jóvenes. Probablemente, lo nuevo que esperamos de nuestra Iglesia tendrá mejores posibilidades de llegar al mundo a través de la naturalidad y la libertad del espíritu de los jóvenes. Pensar en esa idea es un paso por realizar, ya que puede llegar a ser realidad el Reino si confiamos.
                                            Hno. Paulino Fredy Tobar
 
Hermosas las palabras del Hno. Fredy. También están publicadas en otra parte del Blog. ¿Qué les parece si le ponemos comentarios? Mil gracias 

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