martes, 12 de noviembre de 2013

Mensajes de la Reina de la Paz desde Medjugorje

María nos aconseja como Madre que no puede ver sufrir a sus hijos

Hoy pensaba en lo difícil que es mantenerse adherido a una Fe activa, práctica, frente a los embates del mundo. Y unas pocas horas más tarde, María desde Medjugorje nos da la respuesta: es la oración la que nos fortalece para que el demonio no nos arranque de cuajo con su viento arrasador. La tentación nos rodea, en los medios de comunicación, en las palabras que escuchamos a nuestro alrededor, en las cosas que se presentan ante nuestros ojos. Solo podemos contar con la oración activa que le pide al Altísimo nos de la fuerza necesaria. Dios nos abra a la oración, María sea nuestra guía, siempre.
 
Mensaje del  25 de octubre de 2013


“¡Queridos hijos! Hoy los invito a abrirse a la oración. La oración hace milagros en ustedes y a través de ustedes. Por eso, hijitos, en la simplicidad del corazón, pidan al Altísimo que les dé la fuerza de ser hijos de Dios y que satanás no los agite como el viento agita las ramas. Hijitos, decídanse nuevamente por Dios y busquen sólo Su voluntad, y entonces encontrarán en El alegría y paz. Gracias por haber respondido a mi llamado.”


Mensaje del 2 de octubre de 2013 (Mirjana)


“Queridos hijos, os amo con amor materno, y con paciencia maternal espero vuestro amor y vuestra unidad. Oro, para que seáis la comunidad de los hijos de Dios, de mis hijos. Oro, para que como comunidad os vivifiquéis gozosamente en la fe y en el amor de Mi Hijo. Hijos míos, os reúno como mis apóstoles y os enseño cómo dar a conocer a los demás el amor de mi Hijo, cómo llevar a ellos la Buena Nueva, que es mi Hijo. Entregadme vuestros corazones abiertos y purificados y yo los llenaré de amor hacia mi Hijo. Su amor dará sentido a vuestra vida y yo caminaré con vosotros. Estaré con vosotros hasta el encuentro con el Padre Celestial. Hijos míos, se salvarán solo aquellos que con amor y fe caminan hacia el Padre Celestial. ¡No tengáis miedo, estoy con vosotros! Tened confianza en vuestros pastores, como la tuvo mi Hijo cuando los eligió, y orad para que ellos tengan fuerza y amor para guiaros. ¡Os doy las gracias!”



 

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