jueves, 25 de julio de 2013

COMPARTIENDO VIVENCIAS, Elsa Lorences de Llaneza, SANTIAGO APÓSTOL


                COMPARTIENDO VIVIENCIAS
SANTIAGO APÓSTOL
Desde mi más tierna infancia soñaba con hacer el Camino de Santiago. Este camino cruza varias provincias españolas hasta llegar a la Catedral de Santiago de Compostela en Galicia España, donde está enterrado Santiago el Apóstol de Jesús. Hace dos años (2011), el Señor me dio la oportunidad de llegar a la Catedral.
Subí las escalinatas embargada de emoción. ¡Tantos años soñando con este instante creyendo que nunca iba a llegar! Al arrodillarme frente a su tumba, pensé que estaba frente a los restos de un Santo que había compartido parte de su vida con Jesús y la Virgen María. Fue algo muy fuerte y me eché a llorar. Pasado el momento, subí por detrás del Altar Mayor, donde está la imagen del Santo para besarlo con unción y emoción. No me quería separar de él. Sin embargo una mano me tomó del brazo y me dijo: Elsa, nos tenemos que ir. Era mi primo Luis Alfonso que, junto con su esposa, nos habían acompañado a mi esposo y a mí, antes de seguir camino a Asturias, la tierra de mis padres y mi esposo.
Comencé a Caminar hacia la salida. Al  pasar por el altar una monjita dijo: ¿Hay alguien que se atreva a leer la primer Lectura y el Salmo en castellano?”. No pensé en nada ni en nadie solamente dije: YO temblando de emoción. El Señor me regalaba su Diosidad y yo la recibía con gratitud y amor. No solo participé de la misa y leí la lectura y el salmo, sino que Dios me tenía preparada otra Diosidad que pocas veces se da: Ver en movimiento el Botafumeiro, un enorme incensario tomado del techo y manejado por 6 hombres que pasaba y pasaba por  sobre mi cabeza y sobre todas las cabezas sentadas en la Iglesia que seguían la misa. Yo no podía parar de llorar de emoción y de amor a ese Dios, mi Señor, que me había bendecido con tantos regalos espirituales que nunca olvidaré y que hoy en el día de Santiago Apóstol quiero compartir con ustedes.
Deseo amigos que lean este relato y que, así como Dios me bendijo con tantas Diosidades, lo haga también con todos ustedes. Y que Santiago Apóstol interceda ante Dios para que les conceda las Gracias que necesiten. AMÉN.
                                                                Elsa Lorences de Llaneza
                                                                elsalorences@yahoo.com.ar

2 comentarios:

  1. María del Carmen Di Feo26 de julio de 2013, 2:11

    Me encantó tu relato y la experiencia vivida, quiera Dios premiarme con algo parecido, puesto que el próximo mes tendré la oportunidad de visitar el lugar (Bueno, ya tengo un premio ante la posibilidad de poder concurrir).
    Mis felicitaciones por el éxito del Blogspot

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  2. Que emocionante!
    Un lugar que todavía no conozco y que, si Dios quiere, tendré oportunidad de visitar. ¡Quien sabe!
    Marga

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