viernes, 12 de julio de 2013

COMPARTIENDO VIVENCIAS, DR. RENÉ FAVALORO


12 de JULIO
RECORDANDO EL NACIMIENTO
DEL  DR. RENÉ FAVALORO



René Favaloro nació en la ciudad de La Plata, caminó sus calles, se educó y se recibió de Hombre en una de nuestras universidades. El Dr. René Gerónimo Favaloro, nació el 12 de julio de 1923 en una humilde vivienda del barrio El Mondongo, hijo de un carpintero y una modista. (En su fe de nacimiento figura el 14 de julio del mismo año, cosas de esos tiempos). En ese barrio modesto, en las canchas de barro aprendió a jugar al fútbol y se convirtió, como casi todos los de la zona, en simpatizante fanático del Club Gimnasia y Esgrima de La Plata.
Desde chico le interesaron tanto las ciencias biológicas como la formación humanística. Quizás influenciado por los conocimientos adquiridos en el Colegio Nacional de La Plata, donde se graduó de Bachiller en el año 1941 o por su tío Arturo, médico, quien lo motivó a estudiar medicina.
En 1949 se gradúo de médico en la Facultad de Medicina de La Plata. Estudió sacrificadamente, debió generar sus propios recursos para costearse los estudios y cada tramo de su camino lo transitó pleno de energías. Hizo de la autodisciplina una filosofía de vida.
Motivado por la desventura que flagelaba el espíritu y el cuerpo de sus semejantes, entendió que era su obligación moral aportar algún esfuerzo que contribuyera a beneficiarlos; creyó oportuno ejercer su profesión en algún pueblo del interior. Para él, la medicina era un apostolado.
Casado con María Antonia, su novia de la escuela secundaria, en 1950 se radicó en Jacinto Aráuz, un perdido pueblo de La Pampa, y vivieron humildemente en una vieja casa. “En ella empezamos a organizar eso que llamamos clínica y que, en verdad, era sólo un centro asistencial adecuado a las necesidades de la zona”. (“Recuerdos de un médico rural”. René Favaloro).
Dos años más tarde, llegó su hermano y con muchísimo esfuerzo y sacrificios instalaron una sala de cirugía. Trabajaba más de quince horas al día, y todo lo que ganaba lo invertía para mejorar la clínica, jamás compró una sola hectárea de campo donde vivía, pero sí un equipo de Rayos X.
Ya en ese entonces demostraba toda la riqueza espiritual que lo animaba y su empeñosa y abnegada labor por mejorar la suerte y condición de su prójimo, no solamente con la asistencia sanitaria, sino también en las múltiples necesidades que padecían; los ayudaba en todos los aspectos que podía, ya fueran, económicos, culturales, humanos o sociales.
En 1962 viaja a los Estados Unidos a la ciudad de Ohio, para especializarse en cirugía torácica y cardiovascular en la Clínica Cleveland y el destino le abre otros horizontes.
En 1967 desarrolla con éxito la técnica del bypass de la arteria coronaria izquierda con vena safena, así como el CABG combinado con reconstrucción del ventrículo izquierdo y el doble bypass.
Pionero en la cirugía de revascularización miocárdica, el Dr. René Favaloro realizó 13.000 bypass hasta los sesenta y nueve años de edad, logrando así reducir la tasa de mortalidad del 10 al 5 por ciento.
Regresó a la Argentina en 1971, con una gran experiencia, y puso al servicio del país su prestigio y sus méritos, en pos de lograr que la medicina estuviese al servicio de todos. Hombre único en su clase, fue el primero en llevar a cabo un transplante de corazón en la Argentina y desarrollar una multitud de técnicas quirúrgicas que actualmente se utilizan en todo el mundo.
Estuvo a cargo del Departamento de Diagnóstico y Tratamiento de Enfermedades Torácicas y Cardiovasculares del Sanatorio Güemes y convirtió el lugar de referencia a nivel latinoamericano en el ámbito de la cardiocirugía.
En 1980, la Universidad de Tel-Aviv lo nombró Doctor Honoris Causa y creó la Cátedra de Cirugía Cardiovascular que lleva su nombre; la mayor de las distinciones internacionales que recibió de una larga lista.
The New York Times, en 1992, dijo de él: “Héroe mundial que cambió parte esencial de la medicina moderna y revolucionó la medicina cardiaca”.
Organizó el Instituto de Cardiología y Cirugía Cardiovascular de la Fundación Favaloro en Buenos Aires, entidad sin fines de lucro. Con el lema: “Tecnología de avanzada al servicio del humanismo médico”, atendió tanto a ricos como a pobres de igual manera y en donde realizó decenas de trasplantes de corazón. Convirtió la Clínica en el centro especializado más importante de Latinoamérica; desde su inauguración se realizaron más de 347.725 consultas, 273.276 estudios no invasivos, 19.262 cateterismos, 5.894 cateterismos terapéuticos, 470 trasplantes y 20.174 cirugías.
Escribió más de trescientos cincuenta artículos científicos en revistas médicas, fue miembro activo de veinticuatro sociedades, correspondiente de cuatro, y honorario de cuarenta y dos y recibió innumerables distinciones internacionales. Además, escribió obras de interés general y autobiográficas, como Recuerdos de un médico rural (1980), ¿Conoce usted a San Martín? (1987) y La Memoria de Guayaquil (1991), De la Pampa a los Estados Unidos (1992).
Entre los vastos premios nacionales e internacionales otorgados al Dr. René Favaloro pueden contarse: siete premios de la Academia Nacional de Medicina; el Premio John Scott 1979, otorgado por la ciudad de Filadelfia, EE. UU.; The Gairdner Foundation International Award, otorgado por la Gairdner Foundation, 1987 (Toronto, Canadá) y el Gifted Teacher Award, otorgado por el Colegio Americano de Cardiología en 1992. Fue, además, nombrado Ciudadano Ilustre de Nueva Orleans (EE.UU.) y miembro honorario de la Asociación de Cirugía Torácica y Cardiovascular de Asia, de la Asociación Médica de Israel, las sociedades de cardiología de Ecuador, Perú, Bolivia, Panamá, México, Colombia, Uruguay, Argentina, República Dominicana y Chile, la Sociedad Argentina de Bioingeniería y la Florida Society of Thoracic Cardiovascular Surgends (EE.UU.). En 1996, la Universidad de Tel-Aviv lo presentó como candidato para el premio Nóbel de Medicina.
Innovador y luchador, con la pincelada humanista que lo caracterizó, alguna vez enumeró públicamente sus 10 principios o regla de oro:
• Primero: la historia clínica esta por encima de cualquier avance tecnológico.
• Segundo: todos los pacientes son iguales.
• Tercero: el trabajo en equipo.
• Cuarto: respeto por los colegas, especialmente por el médico de cabecera.
• Quinto: honorarios modestos.
• Sexto: docencia e investigación clínicas.
• Séptimo: la prevención.
• Octavo: el humanitarismo.
• Noveno: el desarme y la paz.
• Décimo: el optimismo.

Su muerte fue de trascendencia internacional, en nuestra patria y en especial en La Plata, su ciudad natal. Cada 29 de Julio, desde su desaparición (año 2000), la ciudad se nubla de luto por haber perdido a uno de sus hijos predilectos, desde ese entonces: se inmortalizó como hijo del mundo entero.
La pureza en la vida del Dr. René Favaloro, en su obra filantrópica, demuestra que aún hoy se pueden cultivar las más altas virtudes individuales y colectivas y constituirse en un prócer de la patria o en un benefactor de la sociedad.

Gracias Dr. Favaloro por lo que hizo por los enfermos coronarios y por ser un hombre íntegro.

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