martes, 24 de septiembre de 2019

RELATO: "UNA ADMONICIÓN EN SUEÑO" DR. JORGE BERNABÉ LOBO ARAGÓN


                                 “Una admonición en sueño” 

Sentado sobre el teclado una fuerte alucinación me encierra en la nada. Como flotando  en un espacio velado y misterioso la imagen de un purpurado se me encima. Apenas puedo razonar ante el misterio y la sombra se desliza sobre un pergamino que dice: “Siempre hay gente con certezas firmes, convicciones profundas y las mantiene”. La figura que se me acerca, es la de un noble Señor, al que escucho decir, soy “Mindszenty”. Prestamente mi visión se disgrega y se remonta a un lugar de Hungría. Una aldea de nombre  indescifrable como “Csehi-minszent”, me hace estremecer ante una magnánima silueta. Una augusta figura, como lámpara consagrada, me reclama rememorar su memoria. Como si me impusiese reivindicar valores en tiempos aciagos para la humanidad. Esa persuasión la puedo  interpretar como “viva” en un añoso papiro que se me revela. Se llama  “József” me describe, nacido en 1892 y ordenado sacerdote en 1944.  El pliego añejo que se extiende y se eleva hacia el cielo, me revela  verdades de un hombre de fe, que hasta en su martirio no lo pudieron doblegar. Me exhorta a defender la Patria, cuando se avecina un sistema “Intrínsecamente perverso”. A que si necesitamos reconstruir, lo hagamos con fervor patriótico, pero no solo en el mundo material sino también en nuestra vida interior. A que en estos tiempos de quiebra, los Diez Mandamientos continúan estando a salvo y con asombroso vigor. Que los eternos Decálogos deben ser piedras angulares de reconstrucción en cualquier sentido. Que el gran Pastor del rebaño a los Sacerdotes exhorta a perseverar sobre las verdades eternas, invariables y nunca alteradas por la moda. Que la nación que reniega de su pasado, que lo olvida o lo desprecia, no merece ver el futuro. Que el pecado destruye a los pueblos y  la lucha del  patriota es la de salvar a su pueblo y  la labor clerical la de vencer al pecado. Que en esas tareas por Dios y por la patria  están íntimamente unidas todas las naciones. Que la América nacida de la evangelización española, debe afirmar sus raíces en la tradición católica. Me apunta que “la verdad continua siendo verdad, incluso si pierde su voz”. Que la a “mentira continua siendo mentira incluso si millares la profesan, o la quieren imponer”. Me recuerda  el derecho de un pueblo a exigir y de apartarse de todo lo que estuviese en contradicción con los mandamientos divinos. Que la Iglesia no desaprueba ninguna de las formas más diversas de gobierno siempre que se expongan como adecuadas para servir al bien de los ciudadanos. Llama a todos los pueblos a la oración con una enorme energía purificante de reparación. La “sombra” ya engrandecida se hace luz y aparece nítida la figura del otrora gran cardenal. Es el  mismísimo arzobispo de Esztergom, primado de Hungría, el que tuvo que lidiar con los Nazis y socorrer a más de doscientos mil  Judíos refugiados. El que tuvo desde su fe y valentía irrefrenable que reparar no solo los daños de las bombas sino velar por la restauración de la religión y  las virtudes de la nación húngara. La sombra se disipa por momentos y a su lado aparece una mano que sostiene el cartapacio sagrado. Es la palma del Papa Pio XII que lo consagró Obispo. Sí. Todos sabemos que dar a Dios lo que es de Dios y al Cesar lo que es de Cesar es una de las más conocidas lecciones de Nuestro Señor Jesucristo. Pero hombres y acciones como  la del cardenal es lo que necesita el Mundo. Que pueden estar equivocadas, lo entendemos. Pero aún en el caso de equivocarse no deja de causar admiración y respeto el denuedo con que defienden las verdades de la que están persuadidos. ¿Serán obstinados, tercos?, quizás. Pero enormemente admirables. Por eso  recobrado de mi aparición, desde mi computadora a Tata Dios le digo: “Señor, no te adivino. Te conozco. Te entiendo. /Te sé amigo y cercano. Cercano como un Hombre. / ¡El mar de mi poesía está pidiendo/con su grito de luces, la vela de tu nombre. Protege a mi Patria. Preserva a mi País “Argentina”.

                                                          Dr. Jorge Bernabé Lobo Aragón
                                                            jorgeloboaragon@gmail.com

Mil gracias por su colaboración Doctor. Bendiciones. Elsa.

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