lunes, 23 de septiembre de 2019

PUBLICACIÓN DEL MAGACIN VIRTUAL ARISTOS INTERNACIONAL

PUBLICACIÓN DEL MAGAZIN VIRTUAL
ARISTOS INTERNACIONAL



AMAZONIA EL DESPERTAR DEL MUNDO
Por Elsa Lorences de Llaneza
REFLEXIÓN
No sé a usted lector que le habrá pasado el pasado 20 de Agosto de 2019 cuándo se despertó y escuchó en las noticias que se estaba quemando el Amazonas.
 Cuando yo escuché que el humo había llegado a Sao Paulo y
oscurecido el cielo de la ciudad a las tres de la tarde, sentí la sensación de que se acercaba lo más temido: “El fin de los tiempos” tan anunciado en estas épocas. Superé mi angustia y traté de leer y escuchar todas las noticias para comprender que había pasado. Algunas comentaban que estos incendios eran provocados por  la mano del hombre para deforestar, la forma más barata destructiva y rudimentaria de abrirse paso en el bosque. Algunos diarios decían que, con la sequía, el fuego prosperaba con mayor rapidez. La falta de lluvia,  el viento y el calor hicieron que los incendios se propagaran con mayor velocidad. En ese momento se calculaba que los focos de incendio eran más de 75.OOO y la tarea era ínfima, dado que las llamas, traviesas y apuradas se iban multiplicando rápidamente.
  Amazonia, la selva tropical más grande del mundo. Reserva vital de carbono que ralentiza el calentamiento global y  proporciona el 20% del oxígeno del planeta, se estaba quemando y el mundo miraba y no hacía nada. ¿Nadie se daba cuenta o pensaba que el Amazonas produce la quinta parte del oxígeno que respiramos y captura la quinta parte del CO2 que emitimos y que por el río.
Amazonas circula la quinta parte de las reservas mundiales de agua dulce?
  El mundo miraba impasible su agonía pero nadie se movilizaba.
Pero en el Amazonia, no solo se quemaban parte de los tres millones de especies naturales si no también animales,  algunos en vías de extinción, plantas, hongos y bacterias qué  cumplen una función biológica esencial. Pero lo que, para mí, era lo  más importante, es que, en medio de esa  selva, había comunidades de indígenas que se negaban a irse porque defendían su territorio y de la que lamentablemente poco se habló.   Claro, esto tampoco movilizaba a nadie porque los poderes del mundo, estaban discutiendo a quien le correspondía ponerse en marcha y salir a apagar el fuego que destruía al Amazonia y que podía extenderse a varios países vecinos. Aunque sea por solidaridad tendrían que haberse  olvidado de los problemas monetarios y sus discusiones políticas y salir a apagar el fuego que perjudicaba a todos los habitantes de este mundo.
Me quedé reflexionando en cómo estamos los seres humanos. Qué desaprensión hay por el dolor ajeno, por el valor de lo que realmente Importa. Sentí angustia y vergüenza ajena y pensé que sí, que lamentablemente, sería mejor que llegara el fin de los tiempos. Con gente nueva, con valores más profundos y con pensamientos más humanos, y que la Amazonia y el mundo despertaran a una nueva vida y supieran ver la Creación de Dios sobre la tierra con sus maravillosas bellezas naturales para disfrute de todos los que habitan esta tierra y no para su destrucción.

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