sábado, 30 de diciembre de 2017

CUENTO: María Marta Spindler. EL HUECO

                                                                EL HUECO


   -Desiderio ¡despertate!, mirá lo que están haciendo.
   -Pero Flora, ¡por favor!, te pasás toda la noche  espiando a los humanos por el hueco dimensional.
   -Si miraras lo que yo miro me darías la razón. Se la pasan peleando, armando guerras.
   Maltratan a los animales, los matan  con mucha crueldad, se hacen abrigos con sus pieles, los abandonan, no se comunican con ellos, ensucian toda la Tierra con pólvora, con desperdicios que contaminan las aguas. No cuidan la naturaleza, dinamitan las montañas, después construyen túneles  para atravesarlas ,desvían los ríos. ¡Se adueñaron del planeta!
   No se cuidan entre ellos, envejecen rápidamente y lo que es peor dejan a los ancianos en un lugar donde los cuiden, pero algunos ni siquiera  los van a visitar, ¡encierran a los pájaros en jaulas!, ¡qué terrible!, ¡nacieron para volar!
   Roban, matan, ¡el planeta va a estallar! Si no paran van a desaparecer.
   -A ver, dejame mirar. Es cierto, se agraden sin parar, parece que no tienen límites, están avanzando mal ¡Pero son muy jóvenes!, mirá si tuvieran ciento ochenta años como nosotros.
   Pero escuchá, se oyen ruegos, lamentos, algunos de los que están ahí ven lo mismo que nosotros, pero nada pueden hacer, sólo elevar plegarias, corregirse a si mismos, creo que sobreviven por los que no quieren que suceda todo eso, e intentan evolucionar, creo que también hay un combate espiritual.
   Dejalos, no mirés más, enviales un poco de polvito de luz, tardará por la distancia, un poco más en llegar.
   Ayudalos Flora, tienen mucho sufrimiento, hay que enviarles amor.
   Cerrá el hueco tranquilízate, la fuerza del universo nunca los abandonará.
   Vení, vamos a dormir, no los espíes más.

                                                          María Marta Spindler
                        DEL LIBRO “ROGELIO Y ALQUI TRANK 

Hermoso cuento. Triste pero verdadero. Y no se puede hacer nada lamentablemente. Mil gracias María Marta. Bendiciones. 

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