jueves, 12 de junio de 2014

COMPARTIENDO, Celia Meriño, ¡VEN!


La sugerente antología de textos sobre el hecho de envejecer “Siempre hay un mañana” (Scripta, 1992), selección de la religiosa María Cos Boada, presenta como anónimos los siguientes versos, traducidos del portugués por Marcelino Garriga, con el título de “¡Ven!”.
Se dirige el desconocido poeta a una persona mayor que descansa perezosamente sobre las tablas de un banco público, y le invita a observar a los pájaros libres y las solidarias hormigas. Y a contemplar las flores, el mar, los peces del río, el sol, todo lo que le rodea y está vivo. Le anima a levantarse y arreglarse un poco. Vestirá su mejor traje, clavará una flor en la solapa y sonreirá a una nueva vida... Porque, a pesar de las arrugas, su corazón es joven...
bblanco
¡VEN!
¡Ven!
Levántate del banco donde estás sentado,
donde te calientas al débil sol del invierno,
donde buscas la sombra amiga del verano.
¡Ven, levántate!
Tu cuerpo todavía es fuerte.
Tus miembros no están paralizados todavía,
y no eres un inválido.
Eres solamente un hombre más
a quien ha llegado el límite de edad para trabajar,
y nada más.

Ven, no te dejes ir
a recordar con nostalgia la juventud y tu pasado.
Ven, levántate,
dame la mano, ven conmigo;
ven a ver cómo los pájaros
vuelan en libertad
y como olvidan las rejas.
Ven, a ver y admirar las hormigas.
Mira cómo ellas olvidan los rencores
y se unen para trabajar.
Ven a ver como crecen las flores,
como las olas besan la playa,
como los peces nadan en el río.
Ven, contempla bien el sol:
tantos años como tiene
y todavía brilla en el azul del cielo.
Ven, levántate y ven a vivir,
olvida tus cabellos blancos,
¡porque la edad no te ha vencido todavía!
Ven, levántate y demuestra que todavía eres alguien.
Aféitate la barba y péinate.
Ponte la camisa limpia y la corbata,
ponte tu mejor traje,
aunque esté gastado:
ponte una flor en la solapa,
una flor que te guste.
¡Sonríe después a ti mismo!
¡Sonríete,
pero con una sonrisa de verdad!
Porque, aunque tengas arrugas,
tú eres un joven,
¡un joven de la tercera edad!
                                      ANÓNIMO

¡Qué bello Celia Meriño! Mil gracias por tu compartir.

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