martes, 22 de diciembre de 2020

RELATO: LA OTRA NAVIDAD.. ELSA LORENCES DE LLANEZA

 


LA OTRA NAVIDAD
Elsa Lorences de Llaneza
Argentina

Jamás pensé, en mis largos años de vida, que iba a tener que pasar una Navidad distinta. Una Navidad con el dolor de tener toda la familia separada, sin la cena navideña, sin el Jo. Jo. Jo. de Papá Noel, que alertaba a todos que venían los regalos.

   Una Navidad penosa. Sin brindis, sin abrazos. En muchas casas con la tristeza de la muerte rondando  sus casas debido a un Covid maldito que asoló a un mundo desprotegido.

   Pienso en aquellas otras Navidades en que corríamos en búsqueda de la comida más rica, de los regalos, de disponer la casa para que todo brillara, de elegir la ropa para ser la más linda de la reunión.

   De improviso mi pensamiento me llevó a la primera Navidad. Aquella de hace más de 2000 años atrás, en que un hombre y una mujer se cobijaron en un pesebre para recibir a un niño que llegaba adelantado.

   Un pequeño niño que era hijo de Dios y que llegaba al mundo sin música, sin regalos, fuera de su casa donde tenía todo preparado. Ese niño que llegaba en silencio, muy humildemente , acompañado solamente por su Madre, su Padre putativo, una vaca y un burrito e iluminado solamente por una estrella que traería la Luz del mundo.

   Me senté en el sillón y me puse a pensar. ¿No estaremos equivocados en festejar la llegada del niño como la festejamos?

 ¿Con esta Pandemia, larga, larguísima, lamentable, Dios no nos ha querido hacer ver que no estábamos haciendo las cosas bien?

¿Qué la cena opulenta, los brillos, los trajes de fiesta, los brindis y los regalos eran para lucirnos nosotros, no para festejar el cumpleaños de un niño, al que tenemos guardado en un rincón de la casa, de adorno y al que ni miramos siquiera, salvo honrosas excepciones? Ese niño recién nacido, que quiso salir al mundo, en pobreza, para valorizar el amor de todos y para todos.

   Ahí me di cuenta que la anterior Navidad estaba equivocada. Que en esta iba a vivir la verdadera. Más triste sí, más penosa tal vez, pero pensándolo bien no tan lamentable si vamos a acompañar en su soledad a Jesús, José y María y a las doce de la noche, en vez del brindis  por nosotros, elevamos una oración por todos aquellos que estarán solos en los hospitales, tal vez agonizando sin su familia a su lado. Una oración por  los pobres y por los niños que no tendrán juguetes ni comida.

   Y mi pensamiento fue más allá. ¿Qué tal si prendemos una velita y le cantamos el Feliz Cumpleaños al niño Jesús para que esta nueva Navidad sea más completa?

   Tal vez aprendamos de esta y el año próximos, si Dios quiere todos reunidos nuevamente, festejemos con otros sentimientos, con otros valores que tanta falta nos hacen y la Paz tan deseada nos anidará en el corazón para siempre.

 Quiero agradecer profundamente a Eunate Goicoetxea por esta Revista Internacional tan bella. Imposible pensar que puedo participar de ella y recibir todo el afecto que me brindan. Dios te bendiga Eunate a tí, a toda la Comisión Directiva y a mis compañeros con unas hermosas aunque distintas fiestas.      

                          Elsa Lorences de Llaneza.

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