sábado, 15 de octubre de 2016

CANONIZACIÓN CURA BROCHERO: 16 OCTUBRE 2016 ROMA

EL CURA BROCHERO

   El cura Brochero, nace el 16 de Marzo de 1840, en Carreta Quemada, en la vecindad de Santa Rosa de Río Primero. Hijo de Ignacio Brochero y Petrona Ávila.
   Durante la adolescencia, el joven sufre un ataque de viruela, de la que pudo salvarse, pero su rostro quedó desfigurado por las mordeduras del morbo.
   En su juventud, siendo seminarista, ayudó a los jesuitas cuando regresaron a Córdoba en el año 1859; en la catequesis de los hombres en la Casa de Ejercicios. Ya se apuntaba en él el pastor de almas, el líder de su pueblo.
   El 24 de Noviembre de 1869, el Cura Brochero sale de Córdoba rumbo al oeste. Lo esperaban tres jornadas de viaje a mula a través de la Sierra Grande. Al tercer día, desde lo alto de la sierra, contempla un curato desmesurado de veintitrés leguas de oriente a poniente y casi otro tanto de norte a sur.
Era un curato de bellos paisajes, arroyos cantarines y pueblos pintorescos, y si bien el pueblo era religioso, también era un tanto indolente y despreocupado.
   Una de las primeras iniciativas que encaró el Cura Brochero, fue la construcción de la Capilla de San Pedro, que era de evidente necesidad, ya que esa villa era cabecera civil y religiosa del Departamento.
   Todos lo escuchaban y elogiaban su obra, pero nadie se movía y mucho menos, abría el bolsillo. Llegó un momento en que los obreros, por escasez de fondos, dejaron literalmente “plantado” al pobre Cura.
  Este pensó entonces que, a pocas leguas de ahí, en San Javier, estaban veraneando los seminaristas de Córdoba que podían darle una mano. Conseguido el apoyo del rector, el Cura se encargó con su ejemplo y su palabra de encender el entusiasmo de los novicios.
   Después de años de ingentes sacrificios y esfuerzos populares, como culminación de las fiestas patronales del año 1877, se inaugura la Casa de Ejercicios.
   A las seis de la tarde, según horario previsto, setecientos hombres en silencio y en orden, se dirigieron a la capilla. En los Anales de la Iglesia, jamás se leyó que tanta gente y en una sola tanda, hiciera  su retiro espiritual. Era un caso único y extraordinario, pero quedó empequeñecido cuando, al año siguiente, una tanda superó el número de novecientos.
   Estos hombres tenían como cama, los aperos de las cabalgaduras, por comida, abundantes y humeantes pucheros y a veces soportaban los diez grados bajo cero.
   La idea de construir una escuela, era brillante y tentadora para el Cura Brochero. Una escuela en que lo humano y lo divino se armonizaran. El deseaba una escuela dirigida por religiosas.
   En el año 1886, el Obispo de Córdoba, durante su gira pastoral, recaló en Villa del Tránsito y quedó atónito ante la magnitud de las obras, y quiso dejar un elocuente testimonio de admiración y gratitud de padre y pastor:
   “Declaramos que el Señor Cura Canónigo Honorario José Gabriel Brochero, en su infatigable celo por la gloria de Dios y la salvación de las almas, sacrificándose tanto tiempo en todo sentido con el trabajo de las monumentales obras que ha llevado a cabo: Casa de Ejercicios, Colegio de las Esclavas del Corazón de Jesús, Casa Parroquial y Casa de los Misioneros, merece de estricta justicia el título de INSIGNE BENEFACTOR DE ESTA PARROQUIA Y SU VECINDARIO”
   Los últimos años de la vida del Cura Brochero fueron sumamente dolorosos. En la región había unos cuantos leprosos, impulsado por su gran celo apostólico, los visitaba y tomaba mate con ellos. Contagiado de lepra pierde su vista y se le endurecen sus oídos, lo cual lo aísla de todos y lo hunde en la soledad   Pasaba sus días desgranando rosarios y en la meditación.
   El 26 de Enero de 1914, luego de recibir los santos sacramentos, su gran corazón de apóstol deja de latir. Sus últimas palabras, como resabio de sus innumerables giras por montes y quebradas, montado sobre la mula fueron: “Ahora, puestos los aparejos, estoy listo para el viaje”.
   En síntesis, podríamos decir que el Cura Brochero fue un hombre de Dios, un buen pastor, un enamorado de la Virgen Inmaculada, un hombre de su tiempo y de su pueblo.

                                                                    Elsa Lorences de Llaneza
                                                                     elsalorences@yahoo.com.ar  
              Publicado en la Liturgia Cotidiana
 Sept. 2011

Cuando el Padre Hernán Pérez Etchepare (Q.P.D.) me solicitó que hiciera el resumen de la vida del Padre Cura Brochero, jamás pensé en vivir estos momentos de su Canonización. Doy gracias al Señor que me regale este privilegio. Ayúdanos Santo Cura Brochero a conseguir la unión de los argentinos. Amén.  

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