lunes, 25 de mayo de 2015

POEMA: Eduardo Martínez Zendejas (México) MARIO ENRIQUE

"Querida Elsa, permíteme enviarte un poema que escribí la tarde que falleció mi mejor amigo
esto solo es un pequeño homenaje para él, que se atrevió a compartir conmigo la sal, el amor y el pan"

MARIO ENRIQUE

Llegué, y lo encontré dormido,
con sus párpados caídos y su sonrisa pintada,
¿Quién dijera que había muerto?
Solo delataba el trance su corazón sin latido
y en su mirada la sombra del velo que la cubría,
y ese airecillo como solemne de cierto
que inexorablemente abraza a todos,
si, a todos lo que se han muerto.

Y la muerte, hermosa dama, entre
los fúnebres vuelos de su capa lo llevaba,
sus mejillas eran blancas, no como en aquellos días
que la vida las llenaba; y esa sonrisa tan fácil
adornada rudamente por sonora carcajada,
había quedado perdida entre las brumas lejanas
de un tiempo antaño vivido.

¡Ha!.... Esos tiempos compartidos entre la juerga corrida,
o la entrevista solemne, quedaban entre el olvido
de aquellos días de siempre, y ahora, sobre su cuerpo
los estragos de la muerte, ¿Como? Aquel pelo tan negro
que adornara su presencia, para hoy se había perdido.
¿Y el sobre peso inclemente? El que fue causa presente
de mi reclamos sufridos, que terminaban fielmente
en programas no cumplidos, el sobrepeso hoy día,
también se había perdido.

Hoy, del todo... Se había ido,
fue en esta mañana infausta toda cubierta de luto,
con la tristeza reinante, el duelo, y hasta el disgusto;
sentí, del fondo del alma me brotaban sin pensarlo
gotas de una agua tan clara que ahogaban el sentido
por el amigo perdido que en camino ya iba al encuentro
prometido, hacia la luz de mi padre,
hacia un recuerdo cada año, hacia un camino... de olvido.

Y me alejé lentamente del cuerpo del compañero,
como si tuviera miedo de despertar con un ruido
el sueño placido y frío del que gozaba al momento,
y en un acto muy discreto eleve con fe y silencio
hacia las plantas del padre un sentido "PADRE NUESTRO"
para la paz de su alma, para su descanso eterno.

Eduardo Martínez Zendejas (México)
                                       MARZO-95

Querido Eduardo. ¡Qué difícil es describir un muerto y tu lo has hecho tan bien!
 Te felicito amigo. Dios te siga dando dones para escribir así.

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