martes, 12 de mayo de 2015

La vida de San Expedito



Un soldado que supo reconocer al Dios verdadero durante la batalla

Los Santos son nuestros modelos, son un regalo de Dios para que crezcamos al comparar nuestra vida con la de ellos. Si ellos pudieron, nosotros también; así debemos pensar pues la santidad suena en estos tiempos como algo lejano e inalcanzable, quizás hasta pasado de moda. Sin embargo, es nuestra misión de vida como cristianos, nuestra meta obligada. Por supuesto que solo podemos llegar a la santidad con la ayuda y Gracia de Dios, pero El ve nuestro esfuerzo y pone Su parte cuando iniciamos el camino con decisión y compromiso.
 
Algunos santos son muy especiales, porque demostraron en vida la fortaleza necesaria para imponerse a los frenos que el mundo pone a la conversión. Ellos son soldados, soldados de Dios. Soldado de Dios es aquel que lucha con las armas de la fe, el amor y la Palabra, contra las tentaciones y ataques que el mal hace a las obras de Dios. De este modo un soldado es un defensor de las obras del Señor ¡No es acaso un honor gigantesco el ser de este modo soldado!

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