jueves, 15 de agosto de 2013

14 DE AGOSTO: SAN MAXIMILIANO MARIA KOLBE



Nació el 8 de enero de 1894, en Zduńska Wola, en esas fechas parte del Zarato de Polonia, reino sometido al Imperio ruso, y fue bautizado con el nombre de Rajmund (en castellano: Raimundo). Fue el segundo hijo de Julius Kolbe (de origen alemán) y María Dabrowska (de origen polaco). Tuvo cuatro hermanos: Francis, Joseph, Walenty (que vivió un año) y Andrew (que vivió hasta los cuatro años de edad). Sus padres se trasladaron a Pabianice (Polonia) por motivos laborales .
Un domingo en una homilía oyó decir al predicador que los padres franciscanos iban a abrir un seminario, en 1910 fue aceptado como fraile. Le cambiaron el nombre, de Raimundo a Maximiliano María.
Así que dedicó su vida a promover la veneración a la Virgen y en especial a su Inmaculado Corazón. En 1918 fue ordenado sacerdote, mas un año antes, fundó con otros seis hermanos franciscanos conventuales el movimiento MI (Milicia de la Inmaculada).1
En 1927 fundó en Polonia a 40 km de Varsovia, la Ciudad de la Inmaculada (Niepokalanów), un lugar que alojaba una organización que tuvo mucho éxito y expansió.
Más tarde, como misionero en Japón, creó otra institución semejante. Fundó dos periódicos, El Caballero de la Inmaculada y El Pequeño Diario. Organizó una imprenta en la ciudad de la Inmaculada en Polonia, y después se trasladó a Japón, donde empezó a editar hasta ocho revistas católicas. La de mayor distribución fue El Caballero de la Inmaculada, que pronto llegó a tener 15.000 ejemplares, llegando en su mejor época a vender casi un millón de ejemplares.
Durante la Segunda Guerra Mundial, los nazis invadieron Polonia y bombardearon la Ciudad de la Inmaculada, llevándose prisionero al padre Maximiliano y a todos sus colaboradores. Él había fundado una radiodifusora y estaba dirigiendo la revista El Caballero de la Inmaculada. Todo se lo destruyó la guerra. Fue llevado al campo de exterminio de Auschwitz, donde se le adjudicó el número 16.670.
A fines de julio de 1941 se fugó un preso del campo de concentración de Auschwitz. El sargento polaco Franciszek Gajowniczek, de 40 años de edad, uno de los prisioneros, narró así su experiencia de aquel verano de 1941:
Yo era un veterano en el campo de Auschwitz; tenía en mi brazo tatuado el número de inscripción: 5659. Una noche, al pasar los guardianes lista, uno de nuestros compañeros no respondió cuando leyeron su nombre. Se dio al punto la alarma: los oficiales del campo desplegaron todos los dispositivos de seguridad; salieron patrullas por los alrededores. Aquella noche nos fuimos angustiados a nuestros barracones. Los dos mil internados en nuestro pabellón sabíamos que nuestra alternativa era bien trágica; si no lograban dar con el escapado, acabarían con diez de nosotros. A la mañana siguiente nos hicieron formar a todos los dos mil y nos tuvieron en posición de firmes desde las primeras horas hasta el mediodía. Nuestros cuerpos estaban debilitados al máximo por el trabajo y la escasísima alimentación. Muchos del grupo caían exánimes bajo aquel sol implacable. Hacia las tres nos dieron algo de comer y volvimos a la posición de firmes hasta la noche. El coronel Karl Fritzsch volvió a pasar lista y anunció que diez de nosotros seríamos ajusticiados.
Franciszek Gajowniczek2
A la mañana siguiente, Gajowniczek fue uno de los diez elegidos por el coronel de las SS (nazismo) Karl Fritzsch para ser ajusticiados en represalia por el escapado. Cuando Franciszek salió de su fila, después de haber sido señalado por el coronel, musitó estas palabras: «Pobre esposa mía; pobres hijos míos».3 El padre Maximiliano estaba cerca y lo oyó. Enseguida, dio un paso adelante y le dijo al coronel: «Soy un sacerdote católico polaco, estoy ya viejo. Querría ocupar el puesto de ese hombre que tiene esposa e hijos».4 El oficial nazi, aunque irritado, finalmente aceptó su ofrecimiento y Maximiliano Kolbe, que tenía entonces 47 años, fue puesto, junto con otros nueve prisioneros, en ayuno obligado para que muriera. Los diez condenados fueron recluidos en una celda subterránea el 31 de julio de 1941.
Pero como —tras padecer tres semanas de hambre extrema— el 14 de agosto de 1941 aún sobrevivía junto a otros tres condenados y los oficiales a cargo del campo querían dar otro destino a la celda, Kolbe y sus tres compañeros de celda fueron asesinados administrándoles una inyección de fenol. Los cuerpos fueron incinerados en el crematorio del campo.5 6 Incluso en prisión y también en la celda de hambre, celebró, mientras pudo, todos los días la Santa Misa, distribuyendo la Comunión a otros prisioneros: el pan dado a los prisioneros era ácimo (sin levadura), podía ser utilizado para la Eucaristía; guardianes que simpatizaban con él le hacían llegar el vino.
El papa Pablo VI lo declaró beato en 1971; a la fiesta asistió Franciszek Gajowniczek (de 70 años), el hombre por el cual Kolbe había ofrendado su propia vida treinta años antes. El 10 de octubre de 1982, el papa Juan Pablo II canonizó a éste ante una multitud de polacos. Posteriormente fue nombrado patrón de los radioaficionados a petición de los radioaficionados polacos.

¡Qué hermosa la historia de Maximiliano Kolbe! Una lección de amor hacia el prójimo. Que desde el cielo él interceda para que, en nuestros corazones, se instale ese amor. AMÉN
El que quiera conocer más de esta historia que lamentablemente yo tuve que reducir, puede cliquear sobre los números chiquitos y se les va a abrir toda la información. Gracias.  


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