ORACIÓN DE UN ANCIANO  
  
En ti Señor, confió que no quede decepcionado.
 En tu justicia tú querrás defenderme, inclina a mí
 tu oído y sálvame.
 Sé para mi una roca de refugio, una ciudad fortificada
 en que me salve, pues tú eres mi roca, mi fortaleza.
 Oh Dios, me has enseñado desde joven, y hasta ahora
 anuncié tus maravillas, si ahora estoy viejo y decrépito
 Oh Dios, no me abandones.
 A esta generación anunciaré tu poder, y a los que vengan 
 después, tu valentía, y tu justicia, oh Dios, que llega al cielo
 Pues, ¿quién como tú, oh Dios, que has hecho grandes cosas?
 Tú que me hiciste pasar tantas miserias, volverás para hacerme
 revivir, y me harás subir de nuevo del abismo.
 Volverás a ponerme de pie y tendré de nuevo tu consuelo.
 Entonces te daré gracias al son del arpa por tu fidelidad
 ¡Oh Dios! Con la cítara te entonaré salmos, oh Santo de Israel.
 Te aclamaran mis labios y mi alma que tu redimiste.
 
 Al fin de la vida conoceremos mejor la Misericordia de Dios
      y nos será fácil recordar todas las maravillas que hizo para
      nosotros. Supliquémosle que, al terminarse nuestra vida
      presente, nos otorgue el verdadero consuelo |  |  |  |  | 
No hay comentarios:
Publicar un comentario